domingo, 27 de junio de 2010

Opuestos complementarios





Hasta el día de hoy. Es difícil recorrer algunas partes de Lima, que no se sienta, respire, o tenga el sabor de ella; en sus calles, avenidas, plazas o parques. Y se proyecte una especie de corto en mi cabeza. Malena, de mirada profunda, tan profunda como su alma, donde aún, habitaban algunos demonios y fantasmas. De alguna forma, su ciudad ahora es la mía; no conozco a nadie, que la ame tanto como ella: sus combis, ambulantes, mercados, casas coloniales, museos, huariques, conciertos subtes. Esa ciudad, capital-provinciana, que tanto odiaba, aprendí a quererla y convivir en ella, por ella.
El día comenzaba con girasoles gigantes, yo esperaba en el lugar de siempre entre dos avenidas. Ella llegaría tarde, en su cabeza se encontraba mil dudas: los finales, el trabajo que no presento, en Mauricio, que había regresado con su ex novia, y Marco su gran amor del pasado, que aparecía de nuevo; sin embargo, mientras se reproducía en su mp4” contigo “de Joaquín Sabina, pensó, sin querer en mi. Me vio, parado en el lugar de siempre, muy cerca de aquellos girasoles, donde comienza y termina nuestra historia, se acerco con su risa enamorada, me dio un beso en la mejilla, y caminanos sin sentido por las calles, hasta que cogió de su bolso indígena su celular, me mostro la hora, me tomo de la mano ,me subió a un bus, no me dijo nada, simplemente subimos, bajamos en un cine, donde proyectan filmes antiguos europeos, que nadie ve, al menos eso pensaba yo. Una vez en la sala, le pregunte:
-¿Qué vamos a ver?- Le dije.
-Malena.
- Malena, es la historia de una mujer bella, que paraliza, literalmente, las calles de su pueblo al son contundente de sus caderas. Su divina belleza impacta a todo el sector masculino, pero en especial a Renato, un adolescente que vivirá su primer amor a través de la idealización de esta mujer. Existe mucha envidia por parte de la gente hacia ella, y esto hace que tome el camino equivocado que después, le propicia malas consecuencias.
Quede sin palabras, realmente asombrado de la gran sinopsis, por así decirlo, parecía mas bien, una reseña perfectamente elaborada de forma oral, natural y sencilla, quede impactado, quise despertar de mi sueño preguntándole.
-¿Vienes seguido?
-Cada vez que puedo, pero shhh no hagas bulla, que ya va comenzar.
Los minutos avanzaban, la película había comenzado, la verdad la sola idea, de estar sentado por una hora y veintiocho, que duro la película, no me hacia mucha gracia, quería compensar el terreno perdido, invitándola a cenar o tomar un buen trago; no obstante, ella estaba conmigo y eso parecía valer la pena, aquellos minutos; observe, como se mordía el labio inferior ,cada vez que se emocionaba, escuche su sonrisa suave, aquella que no conocía, y me pareció verla llorar un par de veces, estudie su perfil perfectamente delineado, no recuerdo mucho de aquella película, solo el titulo y eso bastaba. Al salir de la sala, caminos por la Av. Las Palmeras, mientras en cielo se entristecía y empezó a garuar, me saque el abrigo y se lo di, su orgullo propio le impidió acepártelo, bajo mis suplicas, a duras penas, acepto. Nos escondíamos de la lluvia, bajo un árbol y me pregunto:
-¿Tú, qué quieres hacer cuando acabes tu carrera?
-Convertirte en periodista, conductor, escribir, hacer películas, pero sobre todo hacer poesía.
-Si alguna vez escribes, y escribes sobre mí. ¿Qué nombre me pondrías?
-Malena.
-¿Malena? Jajajajaja ¿Cómo la película?
-si, como la película. Es que, no solo quede impactado de su personaje, si no, que me enamore de él.
-jajajaja, tonto. ¿Enserio, qué es lo que más te gusto de la película?
-Mónica Bellucci, y su gran actuación, sin lugar a dudas.
- Ay, Hombres. A mi, me gusta como Giuseppe Tornatore, capta en esencia el Fascismo, la Sicilia de comienzos del siglo XX, como Malena, es criticada por las mujeres de su pueblo, piensan que ella vende su cuerpo por el simple hecho de ser muy bonita, la sociedad que es hipócrita y que busca discriminar a los que imitan lo que ellos no hacen.
-¿Pero quién es ese Giuseppe Tornatore, no lo he visto en toda la película?
-ay, jajaja. Es el director.
- A veces, creo que estar perdiendo tiempo y dinero. Derecho no es lo tuyo, deberías, estudiar comunicaciones.
-Y saber,” tanto de cine como tú,” no gracias.
-jajajaja ¿Vamos por un café?
El desagradable ringtone de su celular, interrumpió nuestra conversación. La vi contestar, empezó a cambiar su rostro de burla por uno mas triste, parecía que la luz de sus ojos, que alumbraba al mundo se iba apagando, ya no parecía infinitos y se iba quedando sin vos, bajo con fuerza su celular, el mismo que tenia en la mano derecha. Me miro, sus ojos empezaron a enrojecerse, frunce el ceño, pregunte que le pasaba, no respondía, caminaba sin sentido. La quise detener y pedirle una explicación, me botó la mano, camino mas rápido, casi con furia e impotencia, y poco después, rompió en llanto, yo caminaba tras de ella, quizé decirle que todo estará bien, a pesar de no saber que había pasado, pero no lo hice. “Mi mamá, tiene cáncer”- dijo. La mire atónito, no supe que hacer, trate de calmarla, lo primero que se me vino a la mente fue besarla, aunque, no lo hice. Lo segundo fue,abrazarla pero eso seria muy fácil, así que, hice lo que mejor se hacer, hacerla reír, aproveche que la gente pasaba, para abrazarla y decirle:” Lo que pasa, es que tú eres muy celosa, por eso termino contigo”. Pareció captar el mensaje enseguida, comenzó a reír entre sollozos, mas tranquila, le prepuse llevarla a casa, se negó, entonces no llores- dije. Aunque, te ves mas linda así. Me miro con esos ojos que cobraron nuevamente luz, se paro adelante mío, me dijo:
-¿Por qué eres tan bueno conmigo?
-Porque, soy tu novio, por eso.
Me dio un abrazo tan cerca, que pude sentir su corazón y ese olor a Grazia, que debe ser el olor de los ángeles.
-No, no lo eres aun. No sabes nada de mí, quien soy o quien fui, no te quiero arrastrar con todo.
-Entonces déjame, detalle a detalle, tratar de conquistar para saberlo.
Rió nuevamente, me llamo “taradito”. Caminamos sin prisa, la sentí mas cerca de mi que nunca, quizás porque no aproveche la situación para besarla, tal vez porque le demostré, que lo único que quería era verla feliz, o porque, un instante, se había olvidado del malestar que perturbaba a su madre. Al llegar a la puerta de su casa, sé despidió de mí, con un beso, el más tierno, puro y sincero que me hayan dado en la mejilla. Me dejo todo el camino, pensando en ella. No cabía dudas yo estaba perdidamente enamorado, aunque, me costara admitirlo, me hubiera gustado conocerla antes pensaba, y no ahora, que tiene más recorrido que yo. Debe ser porque a los hombres, nos aterra las chicas con más experiencia que uno, o porque uno tema a lo que no conoce, en fin, deseaba verla de nuevo; no obstante, volví a verla hasta una semana después.
Los días siguientes, trate de comunicarme con ella sin conseguirlo ¿podría estar averiado su celular? Quizás no quería contestar llamadas, tal ves simplemente, quiera estar sola, o estaba devasta por la enfermedad que perturbaba a su madre, y no quiera que la viera así. La echaba de menos, me costaba admitirlo, pero era así, necesitaba de Malena, quizás mas de lo que nunca, había necesitado a nadie, me entristecía lo que la hacia triste, y me hacia triste algunas cosas, que la hacían feliz. Esa sensación casi extinta en mi, había brotado de nuevo, era sensacional, sentirse enamorado otravez , sin embargo, no sabia, si sentía lo mismo.
Cuando pude verla, era distinta a la chica dulce del cine ¿Cuánto puede cambiar una persona en una semana? Me preguntaba constantemente, le pregunte por su madre. Me dejo mas aliviado saber, que todo había sido una exageración de su padre, al cual odiaba por eso. Pese a no ser “la hija ejemplar, que sus padres daban a demostrar, en esa relación amor- odio” las cosas que les sucedieran a los miembros de su familia, la afectaban mucho. No daba a conocer a todos ese lado de chica frágil, sino el de chica” roots” que pretendía ser, era mas que eso, en el fondo era tan humana y femenina como todas.
El próximo destino, su casa, me llevo a conocerla, entrar en su territorio, su pequeño Perú. Lo primero que observe, era que estaba lleno de cuadros indígenas, cerámicas precolombinas, y unas extrañas flores, que solo crecen en el sur del país, predominaban los colores tierra: Ocre, siena, y sombra, perfectamente, contrastados.
Ahí se daba una pequeña reunión con poca gente, sin embargo, eran tan escandalosos,”que tranquilamente podía llenar un estadio”. Comenzó con las formalidades, te presentó a tal persona: fulano, zutano, mengano y al resto. Parecía haber caído en un país y ciudad diferente, todos con esos bolsos indígenas, que aborrecía (pues, en aquel entonces, era superficial y no tenía el amor por el Perú) con polos jeteados y sucios, malaspectozos, y para mi gusto feos, claro esa fue mi primera impresión (Con el tiempo, descubrí, lo que realmente los hacia interesantes, era como eran como personas). Me sentí, abrumado, por un largo tiempo, los escuche hablar entre ellos, de profesores que no conocía, los últimos chismes de su universidad. Podría etiquetar, a aquel grupo como “discriminado” que se creían ser los “discriminadores”, todos aquellos, que no compartían sus ideales, les resultaban incómodos, triviales, superficiales. Aquellos, que priorizaban estar en Gótica, Aura, Drama, un fin de semana, y llenar con cientos de fotos su Facebook, contando donde habían pasado su ultimo fin. Ellos, eran más que eso, pues, les preocupaba la crisis nacional, el ideal de Mariátegui, y un amor al Perú, que sorprendería a propios y extraños.
Lo único que deseaba, es que se retiraran y me dejaran estar un momento a solas con Malena, lo cual no sucedió, huira pasado desapercibido, de no haber sido, por Julio, que empezó un acalorado debate sobre la multiculturalidad y la paralingüística en las zonas rulares del país, escuche termínanos como terratenientes, explotadores, capitalistas – consumistas. Julio, no tubo mejor idea en preguntarme ¿Y para ti, qué es el multiculturalismo?
Los segundos, se hicieron eternos, todos esos extraños, volcaron sus ojos hacia mi, pendientes de que cometiera en error, quizás para burlarse y tildarme de capitalista- consumista, lo cual se notaba desde mi forma de vestir y hablar. Empecé, a transpirar por partes del cuerpo, que no sabía que sudaban. Maldije a Julio, y le recordé a sus familiares unas cuantas veces, en mis pensamientos.
-Julio, el Multiculturalismo, ¿Son muchas culturas?
Todos rieron, y sentí que se burlaron de mí, quise irme, sin embargo, me quede.
-uhmmm, y la paralingüística.
-La para… ¿Qué?
-Nada, olvídalo, dejémoslo así.
Entre los presentes, había un chico de aspectos muy nacionales, que no dejaba de ver a Malena, quizás con el mismo brillo que yo. Cuando Malena, si dirigió a la cocina, a descorchar unas botellas de vino y champagne, que había escondido minuciosamente, hace una semana, decidí, acompañarla, aquel tipo también, pero me adelante, ¿En que te ayudo Malena? – dije.
Una vez en la cocina:
-Oye, tus papás, no se van a molestar, por la reu, que estás dando en tu casa? - Dije.
- No, llegan súper tarde. Se fueron a la casa de mis abuelos, y esta por Santa Anita, no creo que se den cuenta de nada, para cuando vuelvan, todo estará limpió ¿que te parecen mis amigos?
-“Si, son muy simpáticos”.
-Si, lo se, pueden molestar un poco, pero así son con todos, cuando recién lo conocen.
-¿Con todos? ¿Tus anteriores novios?
-No, mongo, tú eres, el primero que les presento.
-¿Entonces, ahora somos novios?
Irrumpió en escena, aquel tipejo, a verificar si todo estaba bien, de alguna extraña forma a Malena, parecía agradarle, la idea que la presencia del otro, causaba cierta incomodidad, había tensión en el aire. Malena, reía con él, la escena termino por absorbe y molestarme, opte por irme malhumorado, ella salió casi atrás mío, me llamo por mi nombre, lo cual, me dio mucho gusto, ya que ni mis amigos, familiares, conocidos, ni los comentaristas de un blog que tengo por ahí lo hacen. Me tomó de la mano, bajamos por las escaleras y me besó, y la besé, la bese con los labios, con mis manos, con mis brazos, con el cuerpo, pero sobre todo con todo mi corazón.
Al subir, actuamos como si nada hubiera pasado, me quede de alguna forma mas tranquilo, con la seguridad que todo era cuestión de tiempo, para formalizar, esto que intentaba tener, un romance, hacerla mi novia, sin pensar en el pasado, dejarnos llevar hacia el futuro, cuando vi me reloj era demasiado tarde, tenia que haber llegado hace una hora a mi casa, si no me comería el tremendo sermón, que daría mi madre que comienza con un “ tú , sabes lo peligroso que es la calle en estos días, tengo miedo que te pase algo hijito, lo hago por tu bien, no por caer pesada” y yo le recordaría mi edad mas de dos veces, ella diría “ Así tengas cincuenta, mientras yo siga viva me preocupare por ti”.
Así, que me despide de los presentes, trate de besar a Malena, quien esquivo muy sutilmente mi beso, dándome uno en la mejilla, le pregunte. ¿Y cuando te veré de nuevo? No se, yo te llamo- me dijo.
De Alguna forma, me sentía Renato, un adolescente que vive a través de la idealización que tenia de ella, la admiraba, la deseaba, la quería, la odia, la extraña, me causaba mil sensaciones, deseaba quedarme, que me pidiera quedarme, así soportaría escuchar el sermón de mi madre, mas de cien veces, pero no lo hizo, me fui, y me dejo como siempre pensando en ella.
Dos semanas después, Malena había conseguido lo que su madre la había obligado a hacer, realizar sus practicas de derecho o conseguirse un trabajo de mitad de tiempo, no porque, necesitara el dinero, simplemente lo hacia para que no este perdiendo en tiempo en la calle, ella opto por lo primero, cuando me lo contó, estaba mas que emocionaba, había conseguido un puesto de practicante en uno de los estudios de abogados que gozaba de muy buena reputación a pesar de ser relativamente nuevo, no le pagaban, pero ella se sentía útil, le propuse celebrar su contrato, el viernes de aquella semana ,tenia planeado llevarla a cenar a un restaurant lo suficiente para impresionarla, y no tanto para quedarme quebrado.
Quedamos en encontrarnos entre las dos avenidas paralelas, que están relativamente muy cerca de su casa, a las siete de la noche. Cuando la vi, me desilusione de nuevo, ella tenia un pantalón rojo desgastado y viejo, unas sandalias negras, y una polera gris, su cabello ligeramente recogido. Yo, por el contrario estaba vestido con una camisa negra con grises a cuadros, un pantalón jean plomo, y unas converse negras. Nunca supe, si noto mi desilusión al verla vestida de cualquiera manera, así que para no sonar tan despreciativo, le prepuse ir por unos tragos en su bar favorito “El Queirolo”, comimos unas butifarras, y bebimos una o dos cervezas, pagamos y caminamos por la calle, le pregunte porque estaba vestida así.
-¿Por qué? ¿Tan mal me veo?
-No. – Mentí.
-La ropa, es solo eso ropa, sirve para cubrir la piel es todo, odio la gente superficial, que le da mucha importancia a ese tipo de cosas, cuando hay cosas mas importantes que hacer en este país tercermundista, como ayudar a los niños pobres, dándoles educación, y dándole las mismas oportunidades que podemos tener tú y yo. ¿No te parece?
-Yo, creo que es culpa de sus padres. Por tener hijos, sin planificarlos, por emigrar a Lima, cuando esta ya esta sobrepoblada.
-Es lo mas estúpido, que he oído, sabes que mejor me voy.
Se fue molesta, trate de pedirle disculpas, porque la había ofendido, pero vistiéndose, con ropa vieja o sucia, no ayudaba a la lucha contra los pobres, o la revolución, que no entendía su forma de ver el mundo, que disfrutara las cosas buenas que tenia la vida.
-Por eso ¡tú y yo¡ Somos diferentes, siempre lo seremos, representas todo lo que odio el Capitalismo.
Queria reírme al escucharla, pero no lo hice, puse cara de serio, le pedí disculpas y le dije que empezaría de nuevo, pero que no se valla , sin entender que tengo otra perceptiva del mundo, no tan profundo como ella pero si me daba la oportunidad de compartir su punto de vista me haría mejor persona. Caminamos un par de cuadras en silencio hasta que volví a hablarle.
-Sabes ¿Por qué me gustas?
-No, y no me importa saberlo tampoco.
-Por ser como eres. Porque no tienes que usar balerinas, doradas o plomas, porque no te importa actualizar tu Facebook, porque prefieres una buena conversación en un café o en un bar, a estar de compras en Ripley, Saga o alguna Botique. Por no necesitar kilos de maquillaje para verte hermosa, solo necesitas reír un poco, y no usar ropa tan vieja.
-¿Tú crees, que soy hermosa?
-Desde los pies, al alma.
Te perdono. Llegamos a un parque, que tenia una extraña escultura de Chavín, nos sentamos me besó, la bese, y me pidió ser su novio. Ese solo fue, el comienzo del final, como toda relación, aun había mucho que contar.
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Esta historia en una canción




Parroquial aviso: Vayan calentando sus votos para el concurso de los "20blogs". Necesitaremos de ustedes para llegar tan lejos como la albiceleste que hoy eliminó a México. Pueden ir comentando dándole click al botón en la parte inferior de la columna de la derecha. Gracias.

domingo, 20 de junio de 2010

Compañera de humos




HE CUMPLIDO 21 AÑOS y ya no quiero más. Para qué debería querer más, así estoy cómodo (o ya incómodo). Todos caminamos hacia la muerte, unos irán antes que otros y yo, confío, primero que ustedes. Así que no le veo ningún beneficio a cumplir un año más, y peor, que tus amigos lo celebren como ocurrió conmigo este último 16 de junio.

Es probable que mientras leas esto ya no puedas hacer nada por salvarme. En algún descampado limeño, Teni me está enterrando vivo ya que no soporta mi idea de renunciar al bloJ. “Pero es mi cumple, yo hago lo que quiero”, le dije y él no me hizo caso, no me dejó ir y por eso escribo desde mi sepulcro. Estoy preso bajo tierra y este lugar es incómodo, más incómodo incluso que cumplir 21.

Apretujado, sin poder moverme, me doy cuenta que no necesito las manos, sino el corazón para escribir. Puede ser inexacto decir que aun poseo un negro corazón en mi pechito lampiño, así que pretendo hacer silencio absoluto para comprobar que puedo escuchar algunos latidos, es probable que ya no tenga entripado, ni confundido entre venas y arterias ningún corazón. Cierro los ojos, me concentro y sólo logro recordar la noche que se comprimió duramente y me explotó el tórax como una bomba molotov.

Era la víspera del cumpleaños de S, seis días antes del mío. Junio es el mes que simbólicamente me une a ella por ese sólo detalle, muy mínimo claro. Pero justamente mi trabajo consiste en cortarme las venas por las cosas mínimas, los detalles imperceptibles o por eso que yo llamo la cojonuda magia de junio.

Fuimos solitos a fumar un porrito. Misios como estábamos, tomamos un micro que, por el infernal tráfico de Lima, demoró la vida en llegar.

–¿Existen cobradores guapos? ––le pregunté a S––.
–Claaaro, hay miles ––responde sin dudar––.
–Nunca he visto ¿y éste que nos ha tocado qué tal está?
–Es muy sexy ––dice luego de escanearlo de pies a cabeza––.
–Ahhhm, ¿todo por su colita a lo Messi no?
–No, tiene un no-sé-qué en los ojos ––¿sospechará el cobrador que arranca tantos suspiros entre las limeñas de a pie? ––.

Bajamos en el Óvalo Gutiérrez, donde están algunos de los supermercados y librerías que frecuento para sentirme o muy intelectual o muy cliché o las dos cosas juntas, pero que S no conocía mucho, salvo porque una vez llevó unos zapatos muy de marca a venderlos donde esos regateros que se posan como buitres en la Comandante Espinar.

Yo vendí mi polera Quiksilver blanquita, bonita, traída de los yunaites que casi ni usé ––le conté––.
¿Y cuánto te dieron?
Diez lucas.
Qué tonto, ¿tan poquito?
Sí, el tipo vio que la capucha estaba percudida y no me quiso dar más, apenas tenía dos lavadas.
Monce, el negocio está en la venta de zapatos.
¿Ah sí?
Una vez traje los zapatos de mi hermana, pagaban bien.
Buen dato, la próxima traeré mis chimpunes.
Pucha, el Friday´s me dio hambre, aquí fue el ampay de Paolo Guerrero.
Ja ja ja, pensé que no te gustaba el fútbol.
Chismes son chismes.
Me acabo de acordar de tu choteada futbolística del año pasado
¿Cuál?
Te quise invitar al clásico y…
… Ahhh, sí, es que mucha violencia, nos pueden matar.
Sí, pues ¿no? y después contenta fuiste con ese “tu amigo” del palco.
Ja ja jaaa ––vira la mirada, señala el camino oscuro por donde la llevaba y pregunta–– ¿Vamos a caminar todo eso?
Sí, al final de Angamos está el Parque del Dragón. Ahí volaremos.

En ese momento, suena su celular. Del otro lado, la vieja amiga Carmina la saluda anticipadamente por su cumpleaños y le pregunta dónde hará su fiesta. Ella, muy subterránea, le dice que irá a Tizón, un bar barranquillero.

S me cuenta que pronto abrirá un blog. No me sorprende, en algunas pesquisas que hago de su Facebook, ella y Rozzenda, otra amiga en común, comenta y hablan de su nueva bitácora. Incluso me siento aludido cuando entre broma y broma utilizan la muy argentina interjección “eh”, que suelo usar en mis conversas con Teniboy, pero tal vez sólo son ideas mías. Yo no soy el dueño del “eh” y sigo pasando revista a sus fotos, donde exhibe su belleza de actriz de cine independiente que mata lentamente.

Nunca recomiendo a nadie que abra un blog, es más, siempre quise ver la muerte de todos los blogueros, pero desde esta tumba donde un bloguero monce me tiene secuestrado será imposible estar presente tal día. S dice que lo usaría para publicar las cosas (locas) que le pasan por la cabeza, que quiere explorar al límite sus ensoñaciones de mediodía y que culturizará a sus lectores a diferencia de lo que hago yo, y en esto ella puso preocupante énfasis.

Pero a mí me intranquiliza pensar que contará las aventuras superbohemias con sus amantes del pasado (o presentes, quién sabe) y que yo las leeré religiosamente en un disforzado acto por destruirme con cada letra vertida. Golpeará mi orgullo machista descubrir que no fui el único y, mucho menos, el mejor de sus amantes.

De esas ideas blogalácticas, sólo me queda echarle la culpa a Rozzenda, ella es la mala semilla. Según S, Rozzenda cree que un blog es como tener un currículum vivo y virtual. Que si quieren trabajar en Comunicaciones deben tener un blog de buen diseño y contenido que las empresas rastrearán antes de contratarlas. Me da risa, pero si quiero boicotear su futuro blog, lo haré desde esta bitácora. Si así no lo hiciere, que la patria y los lectores me os lo demanden.

Está mal, yo no nací a las doce de la noche, esa hora no tiene sentido para mí.
Pero es simbólica, es la convención que todos usan para saludarte.
No aceptaré esos saludos, yo no nací a esa hora.
Nadie nace a las doce pues, tú debes haber nacido a la una.
Aaaah, (carita de sorpresa), ¿cómo sabes?
(Carita de yo-lo-sé-todo y cachetes de mentiroso) Ejem, ejem. Aparte, tú naciste nueve meses antes. Uno debería contar su edad y sumarle nueve meses, que es cuando fue concebido.
–No pero ¿y los sietemesinos? se van a sentir discriminados.
–Que se jodan, por llegar temprano. Los viejos deberían declarar nuestro nacimiento el día que nos fabricaron, no lo hacen por roche.
–Al menos que lo hagan los que están en contra del aborto, si tanto dicen que la vida empieza en la panza ¿no?

Sin darnos cuenta, aparece bajo nuestras narices el Parque del Dragón. No es muy original mi elección: es un parque de juegos donde ocasionalmente aterrizo cuando quiero divertirme con mi hermana menor. “Siempre vengo aquí con Luciana”, le digo. “¿Y quién es Luciana?”, pregunta S, con voz de curiosa celosa. “Mi hermana, la menor, ¿no la recuerdas?”, sentencio.




–Ese es el Dragón ––le digo a S, señalando el tobogán principal de ese parque––.
–No veo, pensé que era una escultura.
–Ja ja, pero está cerrado, lo cierran en las noches para que los drogos miraflorinos no vengan a dormir seguro.
–En ese tobogán entran varios ah.
–Y yo que quería resbalarme un rato.
–¿A dónde vamos?


Bajamos hasta el mirador. El paisaje del mar a esa hora era de un oscuro imponente, alumbrado por las olas que se extienden cual larvas de espuma y los faros de los autos que asemejan el avance de miles de luciérnagas amarillas en fila india.


–Siéntate.
–Hace un fríiiiio de mierrrrrda ––tirita S––.
–Aguanta, S, todo sea por volar.
–A ver, prende el huirito ese.
–Vale, esta vez no olvidé comprar el encende-prende.
–¡Ahla, mierda, se ve pasadazo! ––dijo S, apenas saqué el cáñamo de la cajetilla reciclada de Lucky-Strike––.
–Ja ja, no te quejes, mi amigo se cansó de fumar solo y me lo vendió barato ––chuik, chuik, y el porro encendió––.
–¡Como sea, un porro vencido no nos vencerá!

Dimos tres pitadas cada uno y un ventarrón apagó las ganas de fumarnos el litoral peruano. Intenté volver a prender el extremo del pastel pero ya estaba muy corto. Se deshizo en mi mano poco a poco. Realmente estaba tan pasado que ya ni consistencia tenía. Demoré en resignarme, deseaba hacer ese viaje en el malecón con S, mi compañera de humos; pero esa vez, que era la tercera que intentaba fumar junto a ella, acabó como la primera y la segunda: ni un puto mareo, menos un risible carraspeo. Como fumones, nos morimos de hambre.

–¿Tienes frío? –– le pregunté––.
–Sí, pero puedo aguantar.
–Te presto mi casaca neoyorquina ––me la saco y la rodeo con ella––, ponte.
–Noooo, ¿tú no tienes frío?
–Yo estoy calientito ––dije, temblando los labios, ella se dio cuenta–– Si quiero me saco el polo.
–Yaah, ¡a ver!
–Sólo para ti eh ––hice el amago pero no pude quitármelo––.
–Ves, estás con frío, no entiendo porque te quieres hacer el machito conmigo.
–No quiero hacerme el machito, en verdad, puedo aguantar.
–Ok. Me quedaré con la casaca sólo para que no aguantes, te rindas y me la pidas.
–¡Yo sólo quiero pedir todos tus besos! ––pensé, pero no se lo dije––.

Largos silencios invadían el ambiente. S aquejó hambre, el tiempo en el malecón había acabado. Me pidió comprar Casino de menta y caminamos todo el Malecón Cisneros en busca de vendedor.

Ni me vayas a saludar por mi cumpleaños ah, no me gusta ––advirtió S, cerca al parque Kennedy––.
Tranquila, no tenía pensado hacerlo.
Ay, qué malo ––dijo S, poniendo una dulce carita triste––.
¿Total? ¿no dices que no quieres?…
Ya, ya, tú sabrás. Nadie tiene Casino de menta ¿no?
A ver déjame preguntarle a esa tía ––camino donde la señora de la salida del cine Pacífico–– ¿”Seño”, tiene casino de menta?
Sí, hijito, espérame un rato que atienda al joven ––dice la vendedora, yo volteo el rostro hacia S––.
–La tía tiene Casino, ven.

S paga por la galleta. Mientras la abre me comunica que

Por si acaso no voy a invitarte.
¿No? Tengo hambre también.
Lo siento, la casino de menta es mi favorita.
Moriré de hambre antes de saludarte a las doce. Ya faltan veinte minutos ––dije, luego de mirar la hora en mi celular––.
No me lo recuerdes, no quiero ser anciana.
S, vamos a la banca para cantarte happy birthday.
¿Me vas a cantar de verdad?
Claro, porqué no.
Aysh no, yo quiero pasar mi cumpleaños en la combi.
Ja ja, ¿en la combi? ¿bromeas?
Estoy diciendo la verdad, ven cruza.
No, no cruces, no vas a pasar tu cumple en una combi, dónde se ha visto ––típica frase aprendida de mi tía Norka––.
No digas más, cruza ––dijo y cruzó––.

En todo el trayecto, desde una orilla de la pista a la otra, no volteó a mirarme, yo conservé mi posición, me atrincheré debajo del semáforo, conté los segundos que duraría su berrinche de nena guapa de veintiuno. No volteaba, no volvía, ni una pizca de duda asomaba en su lento caminar. Desde la puerta de Ripley me preguntó: “¿esto no es paradero no?”. Me rendí, le dije “no” y crucé. La baranda metálica  que separa la acera, de la pista, también nos separaba a nosotros. Quise besarla a cinco minutos de ser su cumpleaños. Me contuve y le dije:

¡Es tu cumple, no te vas a subir a una combi pulgosa!
Las combis no tiene pulgas ¿¡ya!?
Pero son incómodas, sabes que mis piernas no entran.
Pero en el micro sí. Además, tú y el cobrador podrían cantarme happy birthday.
Ja ja, sería magnífico. Pero no, si quieres vamos al Metropolitano que es más limpio.
Noo, a esta hora ya no pasan.
Tampoco pasa el micro, al final no nos subiremos a nada y la pasaremos en la puerta de esta tienda chilena.
Pero vamos al paradero, pues. Piensa que si subimos al micro, y paso ahí mi cumple, lo recordaré para siempre ¡Nadie pasa su cumpleaños en un micro!
¡Todos lo hacen!, además tienes muchos cumples más para eso. Vamos a la banca, nadie pasa tampoco su cumple en una banca al pie de una ciclo vía.
Pero es menos frecuente pasarlo en un micro que en la banca.
S, no dejaré que pases tu cumple en un micro.
¡No es tu cumple, es el mío!
Lo estás compartiendo conmigo, yo también puedo elegir.

Ahora, debo decir que la idea de pasarla en el micro me pareció genial. Pero en ese momento, no creía en ella y preferí simplemente defender lo que pensaba y joder un poco. Vi la hora en mi celular, llegaron las doce y la abracé muy fuerte. No hice caso a sus advertencias de no saludarla. Sospecho que ella  tampoco quería que le haga caso.

Ella, al parecer, ni se inmutó. Permaneció con los brazos cruzados mientras la abrazaba. Al momento de acercarme, como un mamut atrapando a su presa, sentí que nuestras bocas se iban a tocar por fin. Tal vez la posición cruzada de sus brazos no permitió a nuestros labios seguir ese curso natural. Tal vez ella no lo permitió y no lo permitirá jamás, nunca, never.

Un segundo luego de soltarla, sonó su celular. Por la manera de hablar, entendí que era su ex. Me jode verla feliz con sus exs. Pero me resigno a la idea de que así sea. Corta la llamada.


–Yo fui el primero en saludarte ––digo, buscando un consuelo estúpido––.
–No… Ahhh, sí, sí, fuiste tú.
–¿Y todavía lo dudas?



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Fotografía principal gracias a cowgirlrightup
Fotografía 2 de archivo
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Esta historia en una canción.



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SE BUSCA VOLUNTARIOS: Desde hace unas semanas, vengo realizando el sitio web de "Asociación para una Feliz Infancia" (AFI PERÚ). Ella es una organización dirigida por jóvenes que ayuda a los niños del Cerro El Pino, a través de talleres lúdicos (Proyecto Pinoteca). El último fin de semana estuve con ellos y noté que necesitan voluntarios que puedan ayudar los sábados por las mañanas. Si algún lector estuviera interesado en formar parte de la Familia AFI, aquí les dejo el sitio web, que cree con la ayuda de mis compañeras Carmina y Shany, para que se enteren cómo participar (o dejen aquí su comentario). Denle clic a la imagen.

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pD. Un saludo, en su día, a los padres que son lectores de este bloJ. En especial a ti, Piero Rompecorazones, papá calichín.
pD2. Disculpen la demora. Disculpen la extensión. Esto tenía que salir de todas.
pD3. Disculpas a ti, el inicio fue muy torpe para estos días :(
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