Escrito por Jesus Rosas
Hola... aún no sé cómo te llamas, aún no sé cómo te conoceré, aún no sé en qué circunstancias habré de verte, a decir verdad aún no sé absolutamente nada de ti y cualquiera que lea esto puede pensar que estoy loco por escribir algo que por el momento no tiene destinataria fija. Lo único que sé es que ésta carta es para ti: “mi futura enamorada” y por lo tanto tarde o temprano (talvez más temprano que tarde) MI FUTURA EX.
Como dije, aún no tienes nombre para mí, pero puede sin embargo que ya te conozca y por el momento seamos solo amigos, conocidos o compañeros de trabajo; o talvez no seamos precisamente amigos y por el contrario me odies, te parezca creído, te deba dinero (y por eso quizás me odies), o en un erróneo pero probable prejuicio tuyo, creas que soy medio gay por haber sido instructor de Ritmo Axe, toadas, samba, y una que otra canción de los N’sync en un lejano y oscuro pasado 2002 en el cual esos ritmos estaban de moda. (Dios, no puedo creer que lo haya confesado públicamente).
Sea cual sea el escenario, no importa sinceramente tu procedencia. Lo único que importa es que de antemano te quiero pedir disculpas ahora, porque en su momento seguramente no me las aceptarás. Discúlpame por no colmar tus expectativas, por haberte hecho perder el tiempo, por ser un pusilánime que no acepta correr riesgos, por hacerte pensar que un durazno verde tiene un mayor coeficiente intelectual que yo, por ser un insensible, desgraciado, mal hombre, canalla, o cualquiera que sean las frases y adjetivos peyorativos con los que efusivamente me califiques delante de tus amigas las cuales talvez por solidaridad secundarán tus ofensas hacia mí. Todo esto obviamente después de que dé por terminada nuestra relación.
Claro está que me reclamarías de esa forma tan elocuente, siempre y cuando en el poco o mucho tiempo que estemos juntos, te enamores de mí. Pero como eso –por lo menos en mi caso- no es muy común que suceda, también existe la opuesta posibilidad de que vayas a comenzar una relación conmigo sin el menor resquicio de amor, ya sea por despecho, o por pasar el rato, o por no estar acostumbrada a la soledad, o por apuesta (que seguramente perdiste), o por que te choteó algún amigo mío y me tomas a mí como improvisado premio consuelo, o bueno; sin ánimo de ser tan pesimista sino mas bien realista, tal vez comiences una relación conmigo sin muchas esperanzas de que funcionemos como pareja pero con un ánimo medianamente optimista de darte una nueva oportunidad en el amor.
En fin; si alguno de los anteriores o alguno similar es el caso, entonces créeme que más que un daño me harías un favor, me quitarás un peso de encima al saber que no te afectará tanto cuando te diga la gastada pero infalible frase: “El problema no eres tú…soy yo” que los humanos de todas las razas, etnias, condiciones sociales, y edades, usamos como último –y a veces único- recurso para finalizar un amor baldío.
… Solo Dios sabe en cuántas lenguas se habrá traducido ese milenario“El problema no eres tú…soy yo” y más aún, a cuántas personas habrá salvado…
Ya que nos estamos sincerando déjame decirte que soy algo cobarde para terminar relaciones, y creo que es un padecimiento generalizado entre muchas personas de mi entorno, es decir: Cuando sabemos –algunos amigos y yo- que una relación debe de acabar; por alguna extraña razón preferimos que sean ustedes –las mujeres- las que digan “ya no te quiero”, ”no me busques más”, “me gusta otro chico”, “ SI, me importa el tamaño”, “soy lesbiana” o no sé, cualquier cosa que nos quite el cargo de consciencia de haberle roto el corazón a alguien –o por lo menos de pensar que lo rompemos- o en su defecto, simplemente para hacernos los ofendidos.
Por lo tanto lo más probable es que haga todo lo posible para que seas tú la que se aburra de mí, utilizando ruines tácticas en pro de tu desilusión y de mis egocéntricos intereses anímicos: Dejaré de llamarte al celular, te diré que estoy ocupado cuando quieras verme, preferiré quedarme en casa un sábado viendo “El Especial Del Humor” en vez de acompañarte a tus reuniones de amigas de promoción, buscaré cualquier excusa para no ir a tu casa al punto de decirte que tengo que comprar figuritas para llenar mi improbable álbum: “El fascinante mundo del caracol”…no lo sé. En ese momento algo se me ocurrirá. ¡Pero de que te aburres, te aburres!
Así endosaré a tu cuenta sentimental, la módica factura de “cortar conmigo.” Sin roche nomás me lavaré las manos de ese trabajo sucio. Haciéndome la víctima, fingiendo sorpresa ante tu inevitable “Jesús, lo siento pero esto no va más”. Simulando ante esa frase la más cruda indignación al mismo estilo de mujer maltratada en talk show de Laura Bozzo, y en un extremo de conchudez yo te responderé casi con lágrimas en los ojos algo como “No puede ser que me digas esto… ¡seguramente hay otro!.. -y si efectivamente hay otro y de casualidad acierto, eso te hará sentir más miserable aún- …Y yo que estaba preparando algo especial para nuestro aniversario”… -Frase que me diré a mi mismo pero en voz alta para que me escuches, obviamente con la mirada perdida en el vacío-.
Claro que no podré exagerar tanto porque qué tal en una de esas te conmueves con mi histrionismo y decides darme una nueva oportunidad… no pues, no puedo correr riesgos.
Chamba es chamba, lo justo pe’ varón… “Bisnes son Bisnes”.
Dejando de lado las escenas tragi-cómicas que se me cruzan por la mente, puede que no sea difícil que te aburras de mí sin que yo haga ninguna de las cosas antes mencionadas, y seguro no será necesario que terminemos yo con el rótulo de víctima ni tú con la de victimario frente a nuestras amistades. Pero de darse el caso discúlpame también por eso, por ser (por que voy a ser) tan mierda contigo.
Una prueba de que mis disculpas son sinceras es ésta carta, una suerte de “MEA CULPA” declarada y confesa que me roba ahora mismo, horas de sueño.
Si te escribo ésta carta hoy; no es sólo para excusarme por lo que haré, sino también para explicarte el porqué lo haré, y más que nada lo hago con la esperanza de que me entiendas, así no compartas mis ideas que en su mayoría son desvaríos…por lo menos quiero que me entiendas.
Hoy –y no hablo de éste día en particular sino del Tiempo Presente- tengo la seguridad de que sea en el momento que llegues, sea como sea que te llames, sea cual sea el tiempo que estemos juntos, seas como seas por dentro o por fuera… No terminaremos juntos atorándonos con perdices por la eternidad como terminan empachados los protagonistas de los cuentos infantiles.
Y no es algo personal, me refiero a que, no es que contigo sepa que me irá mal y con la que siga después de ti quizás me vaya bien. Hablo de ti Futura Ex como algo abstracto, como las que vendrán después, no sé cuántas…
Hoy estoy tan decepcionado del amor de pareja que no me quita el sueño pensar en cuándo llegarás, la verdad ya ni me acuerdo cómo se siente esa ansiedad por ver, tener, o querer a alguien. No es un decir o una frase populachera; créeme, LITERALMENTE ya no recuerdo qué se siente estar enamorado. Y ahora, por más que suene a la más irónica joda, lo digo en serio: “El problema no eres tú, soy yo”
Es cierto tengo un problema, pero no siempre fui así ¿sabes? Yo también me he enamorado, talvez con más intensidad que muchos. Me he enamorado no una, sino muchas veces, el detalle fue que me enamoré muchas veces pero de una misma persona, es decir en varias etapas y grados (mismo terremoto con posterior tsunami) y eso fue tergiversando mi concepción de la palabra “amor”. Hasta llegar hoy a significar tan solo un: amor = idealización.
Creo que todos -seguramente también tú- tenemos a alguien en la memoria que marca un antes y un después en la vida afectiva de cada uno. En mi caso te diré que más que marcar, esa relación borró algunas cosas. Borró por ejemplo la sección “ser detallista” en mi sistema, ese chip ya caducó en mi cerebro y a diferencia de los celulares, éste no tiene portabilidad para poder mudarme a otro operador.
Por otra parte, en lo que se refiere a sacrificios, antes por ejemplo podía correr kilómetros desde mi casa hasta la suya en medio de una enardecida huelga de transportistas solo para cuidarla de unos leves indicios de gripe, ahora en cambio a menos que sufras algo parecido al virus del Ébola, difícilmente prendería el auto para ir a verte si estas enferma.
Antes podía sentir una extrema adrenalina al entrar a su cuarto a escondidas y festejar eufórico la campante huida, ahora sin embargo no podría entrar ni siquiera a tu sala sin el oleado y sacramentado permiso de tus padres. (lo sé…en algún lado se me quedaron eso que ponen las gallinas)
Como dije antes, ya no recuerdo lo que se siente estar enamorado, dibujar corazoncitos en las últimas páginas de mis cuadernos con mi nombre y el de alguien más dentro, o sentir el estrés de ver que se acerca otro aniversario y querer hacer una cena romántica pero darte cuenta que en el bolsillo apenas tienes 4 monedas, 1 clip, 2 botones y varias pelusas mezcladas con restos de galletas.
…Claro que no recuerdo como se sentía eso, de lo único que estoy seguro es que era una sensación muy rica. Es como que seas viejo(a) y recuerdes la primera vez que te subiste a una montaña rusa, no puedes volver a sentir esa adrenalina pero sabes que fue increíble…
…Tengo miedo futura ex, miedo de NO ponerme nervioso cuando te vea llegar a una cita, miedo de no arreglarme el cabello disimuladamente y poner mi mejor cara de galán de pollada mientras te acercas. Tengo miedo de que me de igual que me veas en buzo o en terno. De no poder ver a través de tus ojos… y de que para los míos sólo estés rica, más no bonita… Miedo de no decirte cursilerías al oído, y más miedo aún de que de hacerlo no me las creas… Porque todas esas cositas tontas, esos detalles en los que pocos se fijan hacen (hacían) para mí, de la nada un todo.
Pero por sobre todas esas cosas de lo que tengo más miedo o tal vez será preocupación no lo sé, es de algo bastante simple pero que me tiene dando vueltas en la cabeza cuando pienso en ti, y es el motivo principal por el cual empecé a escribir este post:
…Tengo miedo a estar equivocado en TODO lo que dice esta carta. Y que cuando llegues cambies por completo mi actual y fatalista filosofía con respecto al amor, que cambies mi plan pre-establecido de ruptura al cual mentalmente ya me he preparado, miedo de que me sorprendas con alguna manía tuya o llames mi atención más que el común denominador de mujeres, de que de alguna manera hagas que quiera arriesgarme de nuevo a enamorarme, que me ponga nervioso al verte, que me guste conversar contigo, miedo de que sin proponértelo enmudezcas con un beso este extraño dolor y desconfianza que siento, que para gustarte un poco más este dispuesto hasta a usar crema humectante, hidratante y porqué no, también exfoliante… que me hagas creer de nuevo en los detalles, que gustoso también haga algunos sacrificios… que me saques del arresto emocional voluntario al que hoy estoy sometido; y que cuando llegues, así como la mayoría de cosas extrañas y buenas que me han pasado…me encuentres desprevenido.
Esos son mis miedos. De leer todo esto supongo que pensarás que es el peor currículum con fachada de carta que jamás has visto, y puede que no estés equivocada. Puede sin embargo que de algún modo te interese la sincera conchudez con la que me desnudo emocionalmente en éstas líneas y aún así estés dispuesta a conocerme. A conocerme verdaderamente. ¿Estarás dispuesta? Aún no lo sé.
De cualquier modo lo averiguaremos cuando llegues… futura ex.
____________________
Jesus Rosas tiene un blog llamado Amor, Joda y Tentación. Lo recomendamos.
____________________
Noticia de último minuto: El primer sábado de febrero vuelven del exilio los habituales redactores de este bloJ (Teniyreii). Prometen carnavalescas historias, levantar la Copa del Mundo y mucha, mucha arena (aunque solo cumplirán lo último).
Así, ponemos fin al Ciclo de Plumas Invitadas y a estas inmerecidas vacaciones de enero. Agradecemos a todas las Plumas por suplirnos con creces en este paréntesis.