La novia de nadie

Fotografìa de archivo. __________________

Cuando uno esta soltero (disponible; quebrado; solo; o no te dan bola) cree, que sabe todo acerca de las relaciones, uno tiende, a hacer el mas sabio consejero para sus amigos, que sufren crisis sentimentales, uno piensa que tiene las cosas muy claras de lo que se debe hacer y no, tanto que los problemas de los demás le resultan tontos. Sin embargo, cuando empiezas una, te das cuenta que en las relaciones anteriores, no has aprendido nada. Todos son distintos, quizás siempre lo serán, y así sea.

Había pasado, alrededor de una semana desde mi primer beso con Malena. No podía dejar de pensar en ella, ni un solo instante, en esos sus ojos grises infinitos, su cabellera corta y negra, esa sonrisa nocturna que ilumina la noche, su extraño sentido del humor, y sobre todo sus experimentados labios, muy parecidos al mana de los dioses; no obstante, insistí en mis alocadas llamadas para verla. Siempre su celular parecía estar fuera de servicio, ocupado, no disponible, o simplemente sonaba y nadie contestaba. Por un momento me sentí utilizado. Pensé, que había sido uno más en su lista, que no quiera nada serio, que tal vez yo era, muy cursi, fresa, ”puritano”, o “niño bueno” , como me decía ella.

Cuando había perdido todo rastro de ella, y la resignación de alejarla de mis pensamientos y mi corazón, hizo una entrada violenta, imprevista, alocada, como siempre. Me llamo de su celular, al cual había estado llamando días atrás, sin la mayor de las suertes, con una naturalidad, como quien llama a un amigo que no ve hace tiempo. Me dijo:

-Hola, ¿Qué haces?

-Estaba a punto de salir a buscar a Reiner, íbamos hacer un reportaje para el blog.

-Eso suena aburrido, ¿No quieres salir conmigo? Voy a un bar en el centro, con algunos amigos, ¿quieres venir?

-Te llame, toda la semana, ¿Por qué no devolviste mis llamadas?

-Lo siento, se me paso. Entonces ¿quieres ir o no?

Claro, que quiera ir, necesitaba verla, escucharla, sentir su risa, y probar sus labios otra vez, pero ¿mi orgullo? ¿Dónde esta mi dignidad? Todo se resumió en un….

-Uhmm, ¿A que hora?

-Hoy es viernes, salgo en la tarde de la universidad, pasa por mí, y nos vamos juntos, ¿Te parece?

-Ok.

-Ya, chévere, nos vemos entonces, bye.

Malena, tenia algo que no había encontrado en nadie mas, no sabia como explicarlo, tal vez me había enamorado de la chica equivocada, quizás del personaje que pretendía ser, o de la chica, que cumplía muy cabalmente su papel histriónico en nuestra obra. Desinteresada y a veces convenida, alocada, divertida, espontanea, atrevida, risueña, fuerte, dulce, decidida, política, mujer, y hippie, así podría describir a Malena, cuando empecé a aventurarme a ese mundo tan distinto al que yo conocía.

Lima, no nacía en Pueblo Libre, se extendía por San Miguel, Magdalena, San Isidro, Miraflores, para morir en Barranco, era mas que eso. Empecé a frecuentar teatros en lugar de los cines convencionales, si íbamos al cine era para ver películas francesas y alemanas en blanco y negro, de directores impronunciables, los bares por las discotecas, los pubs por librerías.

Cierto día mientras me enseñaba su ciudad, en la que ambos vivíamos desde siempre, desde perspectivas totalmente diferentes, me llevó a la Punta- Callao, me convencio de subir a un bote, superando mi temor al mar, lo hice, solo para impresionarla.

Descubría en tus labios, todo el placer de la vida, que me había sido negado por años, después de tiempo volvía a ser feliz, ella era la responsable de todo. Días después mientras Reiner y yo comíamos unas hamburguesas “Feliciano”, le confesé mis sentimientos hacia Malena, aunque a veces, cuando la besaba recordaba las cientos de personas que se cruzaron con ella, antes que yo. No sé si por amistad, o esa extraña filosofía característica en él, me dijo: “si sales, con una chica que ha besado cientos de chicos, debe ser que tu besas mejor que todos ellos”. El comentario positivo de mi buen amigo, me dio valor, para citar a Malena y formalizar nuestra relación.

La semana siguiente, del sábado por la noche, mi casa estaba completamente sola, lleve a Malena, hasta la terraza, que me había tomado trabajo limpiar toda la noche, llenarla de velas, y poner y escoger música que decorara el ambiente, a Malena pareció impresionarla, pero no dijo nada, nos sentamos en una mesa, que coloque en el medio, descorche un vino de había sacado a hurtadillas de mi abuelo, lo vertí en su copa, bajo su mirada atónita ¿Qué celebramos?- dijo. Nada en especial.

Le propuse bailar juntos la canción que se reproducía en el iPod conectado a un modesto equipo, me miro, sonrió me llamo, “taradito”, a duras penas aceptó. Mientras le susurraba al oído un poema de Benedetti: “Mi táctica es mirarte, aprender como eres, quererte como eres, mi táctica es hablarte y escucharte, construir con palabras en puente indestructible… No había terminado de decir mi poema, y me interrumpió para no decir nada, me beso en la mejilla, la cogí entre mis brazos. Pude besarla y acariciarla, pero sin ser correspondido.

No me apretaba los labios cuando yo se los buscaba; pero no hacia el menor movimiento de respuesta, se dejaba besar con indiferencia, por indiferencia, y, por supuesto, nunca abría la boca para que yo pudiera sorber su saliva. También su cuerpo parecía un tempano cuando mis manos acariciaban su cintura, los hombros, y se detenían en sus dos duros pechitos de sus botones erectos. Permaneció quieta, pasiva, resignada a aquellas efusiones como una reina a los homenajes de un vasallo, hasta que, por fin con naturalidad, advirtiendo que mis caricias tomaban un rumbo atrevido, me apartó.

-Solo quiero ser tu novio-le dije ¿La respuesta es un si, por fin?

-Ya veremos- me dio un beso en la mejilla, alejándose después me dijo, tengo miedo de lastimarte, niño bueno, es mejor que me vaya, es tarde.

-Espera ¿Qué somos?

-No necesitamos de títulos para querernos.

Bajó las escaleras de mi casa, la quise acompañar hasta la suya y se negó, necesitaba tiempo, para pensarlo, necesitaba saber, si estaba decidida a comprometerse de nuevo, si ya había olvidado sus amores pasados, si estaba dispuesta a abrir su corazón de nuevo. Caminò muchas cuadras, caminó bajo la luz de la luna, llena de pensamientos revoloteándole la cabeza, y sin querer pensando en mì, se detuvo a comprar algunos cigarrillos, se fue pensado que era la novia de nadie.

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Dejamos, con motivo del triunfo argentino de hoy, este video remasterizado ahora en HD de los próximos conductores de “Hola a Todos”. La Copa de los Choteados.

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Ya se viene el concurso español de los 20 blogs, ya les avisaremos còmo votar para que no se cierre este blog: necesitamos auspiciadores. Gracias.

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Esta historia en una canciòn