Nuevo Año: El Cojo y el Loco

Es justo que los lectores sepan la verdad antes de irnos de vacaciones por un mes. Un rezago de los días navideños o esa sensación irresponsable propia del año nuevo nos lleva a escribir este post especial. Ya no habrá personajes, pero sí nombres falsos; no habrá más ficciones, pero sí otro tipo de ella: la realidad. No es un resumen del año pasado, pero queremos dejar las cuentas claras para escapar un poco de la telenovela venezolana en que hemos convertido nuestras vidas los últimos seis meses.

La sinceridad de las slaps (Jorge Luis)

Debo decir que siempre he sido un mal conquistador con las chicas y que son ellas las que me han conquistado a mí y yo me he enamorado de ellas. No es que siempre me haya fijado en las chicas que me han dejado tocar su corazón (y si se pudo un poco de su alma), pero a las que más recuerdo son las que me han choteado.

Diana: es un amor del pasado, un amor que no volverá y un amor que yo debo decir que he terminado. Tal vez porque yo no estaba preparado para ella o porque ella no estaba preparada para mí. Sin embargo, debo decir que es la única ex que hasta el momento es mi amiga, con la que converso largas horas tendidas por Messenger y mensajes calentones que nunca llegan a otra cosa que a citas frustradas. Es un juego de toma y ven, o mejor dicho del gato y el ratón o como quieran llamarlo.

X: es sin duda la ex que ha marcado un antes y un después de este humilde escritor. No sé si la quise, no sé si me quería o nos quisimos demasiado los dos, pero sé que nunca volveré a amar así, de la misma forma torpe, equívoca y sin razón, lo más cercano que he tenido a un huracán que lleva su nombre (frase robada a Jaime Bayly y a Panda). La quise, me quiso, nos quisimos y nunca nos pudimos entender del todo. Maldita sea la hora en que me la encontré en el baby shower y que nunca pude decirle otra cosa, que me ha dado mucho gusto verte y conversar de temas tan políticamente correctos de los que yo jamás quise hablar.

Ella, sin embargo, está con el tarado de André (Jork), ex novio de Blue, como todos ya saben. El destino nos obliga a cruzarnos como si el Perú entero fuera un pañuelo. Antes de irme a Máncora pasé por Punta Hermosa y me encontré con todo el clan Ibañez, espero que nunca me haya visto, pero a lo lejos vi la hermosa silueta de X dándole un apasionado beso que en el pasado hubiera sido para mí. No le deseo el mal pero tampoco el bien. Que descanses en paz X, mi corazón ya te dejó libre.

Blue: es sin duda uno de los motivos principales por el cual empecé a escribir este blog. No solo porque siempre me apoyó desde el comienzo, sino que sus continuos desaires son un motivo de burla entre mis amigos más cercanos y mis lectores más criticones. Como los tulipanes que le entregué en el aeropuerto donde pretendí ser su mejor amigo. Cuando viajé a Punta Hermosa para convertirme en su héroe. Y el maldito cumpleaños en que la vi coqueteando con tanto apitucado de la universidad con nombre de ciudad. Su sonrisa infinita hizo que en el momento menos indicado yo le entregara una costosa billetera producto de mi primer sueldo como practicante de periodista (que como sabrán es poco, incluyendo los pasajes que me da mi madre). Me la devolvió y con ella mi corazón se quebró más veces que el del aficionado cuando se dio cuenta que Perú no iba al Mundial, lamentablemente eso no significa que la deje de querer, patéticamente la quiero más. ¿Qué aventuras me traerá la inalcanzable Blue?

Malena: apareció como un golpe de suerte o suerte de campeón. Cuando sentía que mi vida estaba vacía y que iba a terminar choteado con broche de oro este año, sin más ni menos apareció en mi vida y me hizo saber que todo no es color brisa, sino la brisa de sus ojos que me miran al mirar, y la luz de su luz de esa su luz, a pesar de ser tan diferente de mí debo decir que ella me ha atrapado, o tal vez han sido mis desesperados intentos de conquista que la han atraído a mí. Sea como sea lo dejaré para la segunda temporada.

Reflexión: Tristes choteados y felices choteadores disfruten la playa, coman verdura y hagan ejercicios. Eso es tó, eso es tó, eso es todo amigos. Desde Punta Hermosa, les ha escrito Jorge Luis Tenicela, conocido como Teni.

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De puerto en puerto (por reii)

Puedo identificar dos versiones de mí desde que empecé con esto del bloJ gracias a la insistencia del amigo Teni. Recuerdo los primeros posts, donde me esmeraba por inventar historias (he ahí a Julia y Osquitar) ya que no me gustaba hablar de mí. Más allá de algunos flirteos inconclusos del pasado, no había mucho que contar sobre mí. Por allá por setiembre, viré el timón para cambiar ciertos grados el norte de la nave, aumenté unos cuantos nudos la velocidad y proseguí con buen viento: las historias empezaron a llegar.

Esto se fue volviendo (para mí) un diario bisemanal de las rebotadas que me iba dando, tanto con un par de chicas como con las paredes de mi casa. Robándole horas al sueño, iba escribiendo y escribiendo para entregarle a un público invisible mis desastres sentimentales (que leían con curiosidad morbosa, tomando partido por una o por otra mujer). Me inquietaba la idea de escribir algo cada dos semanas, lo que implicaba una chica cada dos semanas. Mi amiga Carmina llegó a creer que yo buscaba a propósito a las chicas, me emparentaba con ellas y sacaba un post.

A Carmina la conocí mientras salía con la Chica de los Abrazos de Algodón, y a esta última la conocí mientras aun recordaba a S y sus mordidas. A S me la encontré cuando no sabía ni quién era yo (o si yo era solamente yo) y vagabundeaba sin rumbo por las aulas de la universidad, tropezando con pupitres, profesores, ardillas y bajas calificaciones.

Como le dije a S antes de la Navidad, nosotros no necesitábamos buscarnos si siempre nos encontrábamos en alguna esquina del mundo: o nos chocábamos en el mercado mientras ella buscaba zapatillas nuevas para su roommate; o nos cruzábamos en la universidad mientras ella buscaba a sus amigas inseparables; o nos juntábamos en alguna fiesta gracias a las capacidades gestoras de Rozzenda, una amiga en común.

La vez que nos citamos en las piletas de la facultad fue casi un desastre donde quedó probada mi poca pericia para hacerle sentir que me gustaba, debía redoblar mis esfuerzos ya que ella es una dulce distraída. Una vez se arruinó una salida a Barranco pero quedamos en vernos para alentar a la selección nacional contra los argentinos. Con esa excusa, unos tragos de whisky y unos besos bajo la ventana me di cuenta que S no sentía lo mismo que yo por ella.

Concentrado en las clases, apareció la brillante Chica de Abrazos de Algodón (gracias a las referencias que de mí esparció Teni en las universidades de los extramuros de la ciudad). Ella estaba harta de los chicos que se hacían los interesantes para solo buscar sexo. Así que ella buscaba un “chico bueno”. Cuando Teni me dijo que le había dicho que al único “chico bueno” que conocía era a mí, me despabilé de la risa.

Así empezó lo de aquella Cotton Girl y los picnics. Cuando apuré las cosas ella quiso ir lento, y cuando yo me comprometí a ir despacio, ella quería viajar más rápido: no íbamos al mismo ritmo. No duró ni cuatro semanas (no duró ni dos posts), ya que se dio cuenta que yo era un chico muy aburrido para ella. Además, y esto hubiera sido lo más grave de continuar juntos, ni ella ni yo nos queríamos con total sinceridad: ella no olvidaba a su penultimo ex como yo a S, con la que ahora sólo me ligaba un poema re-cursi que le escribí cuando estaba en la edad del pavo (de la que no es seguro que haya salido).

Esa fue la excusa para ver a S antes de Navidad: entregarle el poemita. Así que una noche bonita sin estrellas de Belén perturbando el firmamento le recité el poema mientras la jalaba y la besaba en el auto de papá. Nunca pensé manejar tan ebrio por dejarla en su casa (fue una temeridad), y nunca sentí que deliraba mientras besaba a una chica como esa noche. Dijimos las cosas que uno quería escuchar del otro. Quedamos en vernos de nuevo para ver películas y hablar ya sin tragos encima, pero me he quedado en la total incertidumbre, las circunstancias no nos dejan, todo indica que ella me está “paseando”, pero ese es un diagnóstico en el que no confío por lo fácil de sacar: S es más complicada de lo que es.

Quisiera contarles el final de todo esto, sea cual fuere, pero algún demonio caído se empeña en dejarme tan ansioso como ustedes. Hasta que no vea a S no sabré nada más. Volveremos luego de los días de playa para terminar de escribir nuestras desventuras o, por qué no, hazañas veraniegas.

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A continuación, la entrevista menos esperada de la Web dos punto cero. Disculpen mi aspecto desgarbado, era muy de mañanita. Calculamos que el viernes habrá un nuevo post, pero ya no de nosotros que estaremos muy lejos de nosotros mismos, sino de las plumas invitadas. Ahora sí se acabó. Que tengan un buen año, adiós por un tiempo.