lunes, 31 de enero de 2011

Pluma Invitada: Me dijiste

Escrito por Black Rose
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Me dijiste “Mira a la luz”, un día de invierno en el que con dificultad lograba estornudar. Estábamos en la puerta del aula de Informática. Traías un polo anaranjado, se veía esplendido junto a sus ojos oscuros y tus cabellos lacios. Tus labios se movían lentamente saludándome por primera vez.


Pasaron los meses, meses de insomnio para mí, pensando en tu ojos negros, en tu paso ligero todas las mañanas por el quiosco de la facultad. Soñaba con verte pasar, con tu barba larga y tu amplia sonrisa. Nos conocimos más, de manera virtual. Sudaba frío al ver en el chat que te habías conectado, era verano. Cómo sería mejor saludar, me invitarías a salir, qué me iba a poner…

Pronto nos miramos en el aula de clases. Mi voz se hacía notar, quería que la escuches, que mis ojos te digan lo que mi boca aún no te podía decir. Escapaba de ti, pero siempre me atrapabas con un mensaje de texto a la distancia, esos que solo me decían lo bien que me veía aunque no haya tenido tiempo para el maquillaje. Esos que siempre me dijeron que valía oro, que me querías, que no interesaba si en el examen era verdadero o falso, o si Santo Tomás de Aquino dijo esto o aquello.

No sé si me veía más hermosa o tus ojos me dibujaban así. Eras el chico de mis sueños, ni un actor de cine era mejor que tú, nada se comparaba a sus manos grandes, tu voz ronca. Me gustaba jugar con tus cabellos y ver cómo te desvanecías. Un día de aquellos, en los que no podía agarrar un gran vaso de cerveza para llevarlo a la mesa te pedí ayuda, claro que me lo cobraste con un beso y así me llevaste a recorrer nuevos cielos, sin alas, sin aviones, sin sombras de viejos amores. Éramos tú y yo, rodeados de millones de personas con rostros comunes. Volví a los quince esa noche tomada de tu mano, hoy éramos más que solo amigos.

Me contagié de la inocencia de aquel beso, tan pulcro, tan suave. Era como la primera vez que a escondidas, debajo de una escalera y con traje de noche, besaba a mi primer amor. Moví cuatro veces la cabeza, les contaba a mis amigas. Sí, cuatro veces. Luego, su rostro y el mío quedaron impactados como los pegalocos de la infancia, frente a frente, sonriéndonos.

Así transcurrieron los días y las noches, las horas y los días. Éramos solo tú, yo y los poemas mañaneros al celular. Éramos tú, yo y nuestras manos cogidas a escondidas por debajo de la mesa en los almuerzos familias de los domingos, donde nuestros padres contemplaban nuestra íntima amistad.

Te miraba de lejos y no me resistía a abrazarte y así, de la nada, como jugando, decirte ‘Te amo’. Era como que tu cuerpo y el mío encajaban como un rompecabezas perfecto, como los de los domingos familiares en tu casa.

Todo iba de maravillas, hasta que un día en una de nuestras jornadas de estudio olvidaste tu celular en mi casa. Hice mal, lo sé, pero revisé tus mensajes de texto. No me engañabas, aparentemente. En eso, más mensajes, palabras de amor, deseos sexuales plasmados en un mensaje de textos, ¿qué es esto? El celular identificaba el número con el nombre de un varón. ¿Me estás engañando con un hombre? Te pregunté. –No, él me busca a mí. –Y tú, ¿por qué le contestas? – Por joda. -¿Crees que te creo? Y bajamos la cabeza.

No dormí durante días, prendida a la computadora, revisando cada movimiento tuyo, cada detalle de tu doble vida, cada gesto, cada comentario, analizando tu ser. Quisiera seguir sintiendo tu olor en cada una de mis cosas, quisiera encontrar firmas tuyas en mis ‘Converse’, siempre sucias de tanto andar contigo. Daría lo que sea por seguir sintiendo tu aliento por mi cabello y reír horas, como en los viejos tiempos en los que cantábamos por la calle tomados de la mano.

Hoy, a casi un año de todo, sigo pensando en ti, renunciando a la posibilidad de estar con alguien más. Hoy jugaremos a no vernos más, a no hablarnos más, a imaginar lo inimaginable, que tú ya no existes, que tú no eres más que un ser que vivió en mi mente, sacados de los párrafos de mis libros de ficción.

Vivo atrapada en las dudas, no sé si me quisiste, no sé quién eres, no sé qué pasó. Solo sé que no hubiera soportado compartirte, con un hombre, con una mujer, con nadie. Una idea un poco cerrada para aquellos con más versatilidad en los temas de libertad sexual.

Me enteré que el día en que cumplí años, no lo recordabas y mis amigos tuvieron que recordártelo para encantarme el día. Me llamaste con indiferencia alzando el brazo izquierdo, mientras con el otro manipulabas tu asqueroso celular. Me acerqué y me dijiste: “Que sean muchísimos más”. Por dentro mi corazón te respondía que sí, que sí serán muchísimos más días sin ti, mientras la duda me ataque el pecho como parásito intestinal.

Hoy te vuelvo a ver pasar todos los días, con los ojos negros de siempre y los cabellos alborotados. Sin despedir el brillo que me regresó a los quince años. Ya no sé quién eres. “¿Qué nos pasó?” Me preguntaste la última vez que nos vimos en la placita de las tardes de verano. “No lo sé, a mí nada”, te dije, mientras tú acariciabas mi rostro y no hacía más que ver a un completo desconocido.


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jueves, 27 de enero de 2011

Las Plumas suben al ring




Con guante blanco. Llevados por la idea que sitúa a cualquier blog como propiedad del lector más que del administrador, armamos la temporada de Plumas Invitadas 2011, única oportunidad del año para que tú, fiel seguidor o comentarista infiel, envíes tu historia y participes por el trofeo Choteadas Awards II.

Es la segunda vez en dos años de vida que nos arriesgamos por esta modalidad de participación. Ciertamente no la inventamos aquí, la participación es una consecuencia irreversible de las nuevas tecnologías aunada a la jodida sobrepoblación mundial. Si la primera vez quienes participaron fueron amigos de los “administradores”, esta vez el juego se diversificó y contaremos con Plumas desconocidas personalmente, pero no por eso menos amigas.

Hemos separado un mes para que los comentaristas, seguidores o lectores a secas posteen las historias que les quitaban el sueño. Además, queremos liberarlos y relevar nuestras voces siempre choteadas por otras de prosa multisabor, escenarios divergentes, nuevos tormentos y distintas culpas.

La convocatoria fue lanzada a mediados del año pasado. Quisimos ordenar el calendario con justicia, pusimos un deadline que se vio muchas veces alterado, pero ahora sí estamos en capacidad de anunciar que este lunes 31 de enero publicamos la primera Pluma de diez que se inscribieron.

La suerte ordenó las posiciones. Nosotros, para garantizar la transparencia del proceso, decidimos grabar en vivo, y sin tanto firulete en la edición, el momento del sorteo. También aprovechamos para anunciar que ¡ya salieron los polos del blog!


Es un avance, el año pasado fueron siete ahora son diez. Si multiplicamos un post por cada tres días resultan treinta días clavados que devoran todo el mes de febrero para el evento cuyas fechas y candidaturas se reparten así

1-    Black Rose  [31-01-2011]
2-    Javier M.  [03-02-2011]
3-    Miguel M.  [06-02-2011]
4-    AAC  [09-02-2011]
5-    Porroberto  [12-02-2011]
6-    Paulín lín lín  [15-02-2011]
7-    Ana  [18-02-2011]
8-    Fauno  [21-02-2011]
9-    Melón  [24-02-2011]
10- Raul C.  [27-02-2011]
(Advertencia: esta NO es nuestra lista al Congreso)

Jugadas las diez fechas, las Plumas abandonarán el ring a esperar no los puños del oponente, sino los aplausos del Respetable. Estos se manifestarán en las urnas digitales por la libre determinación de los “clicks”, bajo un conteo realizado con la tecnología de Blogger y por un lapso de tres semanas luego de terminada la temporada de Plumas Invitadas.

Evitaremos la vara blogueril, es decir, aquellos votos ganados porque pasaste el link a todos tus contactos, con un sistema de conteo que ideamos aquí. A diferencia de la edición anterior, ahora serán tomados en cuenta la cantidad de comentarios.

La cantidad de Votos de las Urnas Digitales (VUD) valdrán 30% Esto será sumado al 70% de la cantidad de Comentarios Únicos que logre una pluma (CU). Así, le damos más prioridad al comentario bien ganado que a la cifra mal jugada.

Léase  [ 30%VUD + 70%CU = TOTAL ]

Mientras ello escriben nosotros vacacionaremos en destinos separados. Teni se buscará en el norte, debajo de las piedras de una playa relumbrante, pues dice que él mismo se ha perdido. Pato, por su parte, se quedará enclaustrado por voluntad propia en una base donde alquila su prosa a la causa del fin del mundo y a las catástrofes venideras.

Ahora sí, con su pequeña ayuda, apoyo y anuencia, declaramos inauguradas las Olimpiadas plumíferas para el pueblo bloguero y sediento ¡Que corra la tinta por la pantalla de papel! Quien se anime a escribir, este blog no es una puerta cerrada, sino una página abierta.

Atte.
Agremiación de Choteados del Perú

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Fotografía por Alfredo11



miércoles, 19 de enero de 2011

V. La chica de la madrugada solitaria (parte final)

[Viene de: Parte I - La chica de la madrugada solitaria.]




Miércoles, 31 de diciembre de 2008

-¿Terminaron? –preguntó Javier a través de la pantalla-.
-Larga historia, querido.
-Cuéntamela.
-Ahora no tengo tiempo, mejor dime tú, ¿cómo te va en la chamba?

Una chilena fue la primera conquista de Javier en Norteamérica. ¿Era acaso la culminación de un sueño chauvinista que tenía hace tiempo? No, él distaba del estereotipo antichileno, nada más estúpido, pensaba Javier, que vengar la derrota del Pacífico culiándose una chilenita. Nadie le creía que en verdad las mujeres del vecino sureño lo atraían por su rapidita pronunciación del español, sonido que rayaba sus oídos sin fastidiarle. De lo que no quedaban dudas, era del motivo que llevó a Javier a abandonar Lima, es decir, olvidar a la chica que lo olvidó primero: Sylvia.

La distancia hizo su trabajo con Sylvia, la muchacha con la que Javier terminó más por omisión que por error, y diluyó su historia en el remolino oscuro de los tiempos, la suprimió por partes de su memoria (al menos eso creía él). Los consejos que Lucía enviaba desde Chorrillos, en Lima, ayudaban en ese propósito. Su relación terminó como se estilan acabar las relaciones en estas épocas de redes sociales: sin decir nada, sobreentendiendo todo, dejando que las cosas se enfríen. Cierto día, Javier se dio cuenta que él, y no Sylvia, hacía esfuerzos por llevar la relación a flote. Él la llamaba, él le escribía mensajes, él la visitaba, él todo pero ella nada. Un día decidió no llamarla para ver qué hacía ella y el resultado fue el esperado: de ella nunca se supo más.

Esa tarde de Nochevieja, Javier consultó esto con Lucía, ella eligió la más fresca de sus sentencias: “si sientes que no te quiere, ¡déjala!”. Javier escuchaba mucho a Lucía, creía que su experiencia en relaciones fugaces y no tan fugaces la autorizada a hablar desde el conocimiento arduamente empírico de los hombres y las mujeres. La larga lista de chicos que Lucía había besado años atrás con mozuela curiosidad inspiraba confianza para consultarle. “Si no te llama, búscate otra, cuál es el problema”, decía ella con insensible razón que clarificaba en la cabeza de Javier los hechos ocurridos con Sylvia.

Aquel verano limeño a la vez que invierno estadounidense, ambos descubrieron aquella fabulosa herramienta conocida como Skype. Ella se unió primero y Javier, amiguísimo, la siguió.

-Qué tienes –dijo Javier-.
-La jodida migraña de nuevo.
-¿Quieres que haga caritas por la webcam para que te mejores?
-No, eso no ahora. Mejor voy a prepararme un “Midnight-snack”.
-¿Cómo se hace eso?
-Ehmm… yogurt, cereales, fruta, galletas Oreo y no sé, lo que encuentres.
-Quiero probar ese sancochado algún día, no sabes el frío que hace acá. Estamos a menos cinco.
-Con razón tan abrigado.
-Esta chalina la compré aquí. Y también le compré un polo a Sylvia.
-¡Tarugo, deja de hacer cosas por ella!
-Sí, lo sé, te prometo que esto y el peluche será lo último.
-Javi, apaga tu tecnocumbia y mírame a los ojos. Hasta cuándo vas a recordar a esa… esa…
-¿Piba?
-Piba, shipiba, lo que sea. Pasa la página, olvídala. ¡Busca a la chilena!
-No pues. La santiaguina es mi aventura de tres meses. Cuando vuelva estaré solo de nuevo.
-Acéptalo, Javi, es la ley de tu vida.
-Preséntame a una de Las Meras. Esa que me decías que era la más buena, ¿Raquel?
-Quita el nombre de mi amiga de tu puta boca –se molestó Lucía-.
-¿Amiga?, no dices que ya no las ves.
-Las amigas no necesitan verse siempre para ser amigas.
-A ver, ¿en qué están ellas?
-Hoy me voy a una fiesta con Fiorella. ¿Te acuerdas de ella?
-Sí, la que vive en un telo miraflorino. Pensé que la pasarías con Tiger, ¿han peleado?
-No quiere salir, el mongolo dice que reventará cohetecillos con sus primitos. Lo voy a ver mañana.
-¿De boleto?
-Fácil.
-¿Te puedo preguntar algo?
-No, ya me voy, llegó Fio.
-A dónde irán –esta no era la pregunta-.
-Nunca lo sabrás.
-No creas, siempre hay un testigo de tus travesuras, siempre.
-Que nunca hablará contigo, cada amiga sabe y guarda un secreto mío, pero ninguna los tiene todos por juntos.
-Qué peligroso sería eso.

Lucía cerró sesión. Había estado hablando mientras recorría la habitación de un lado a otro, ¿buscaba perfumes, ropa, aretes?, se preguntaba Javier mientras la miraba por la cámara web. Él apenas veía una pared por la que parecía pasar el alma de Lucía como una ráfaga, esto gracias a la lenta conexión que tenía. A las horas que marcaban en Chorrillos, había que restarle dos y por eso faltaban varias horas más para su año nuevo. Decidió alistarse para ir a buscar, junto a sus compañeros de cuarto, una fiesta memorable en algún bar del pueblo aledaño.


Hechos-sin-fechar

-¿Qué haces con ellos? –preguntó Javier, apoltronado en su banca-.
-Soy “Hermana Pucp” –respondió Lucía-.
-¿Qué es eso, una congregación?
-No es necesario que lo sepas, Javi.
-Normal, pero veo que estás a medio camino entre ser una guía de turistas y una brichera universitaria.
-Clarín corneta, pero por lo menos hago algo, no estoy sentadaza como tú.
-Sí, pues. Ya hiciste mucho, mira, ese gringo te espera.
-Guarda tus palabrejas, Javi. Él es Nicola, mi amigo francés.

Y así tan fácil como chocaron sus caminos, se volvieron a separar. Estaban acostumbrados a eso: toparse en la Universidad, conversar un rato, tal vez tomar un café de máquina, reír un rato y despedirse. La facultad oprimía los tiempos de Lucía y lo mismo le pasaba a Javier, cuyos cursos en la facultad de Comunicaciones le demandaban esfuerzos extra de coordinación con compañeros vagonetas que no sabían redactar.

Lucía era de la idea de llenar el currículum con cualquier actividad que se presentase en el camino. Así, había hecho voluntariados en zonas retiradas del país, había construido casas en asentamientos humanos, apoyó a sus amigos clauns un par de Navidades en el Hospital del Niño y un largo etcétera. Las ganas de recorrer comunidades desfavorecidas le entraban por sus arterias antropológicas, rama en la que hubiera querido profundizar más profesionalmente de no mediar la presión de su madre y un poco de su padre prófugo.

El “Hermano Pucp” es un sistema ideado por la propia Universidad para integrar a los alumnos de Intercambio a la vida de la ciudad. Para esto, recluta alumnos que cumplan requisitos de bagaje cultural, conocimientos de historia peruana y estándares de salubridad para que orienten y acostumbren a los estudiantes foráneos al circo limeño. El sistema funcionaba a la perfección, era la excusa perfecta para practicar otros idiomas, tener contactos en el extranjero y enamorarse con furia por unos meses.

Actividades mejor logradas en las recurrentes fiestas de Integración que en el mismo Campus, donde todos eran modositos, fingían estudiar y guardaban las formas (verticales de los cuerpos). Las clases de la Universidad era el floro de los días útiles, los fines de semana aparentemente inútiles sí que eran vivificantes pues se usaban en viajes rápidos al interior del país. Cuando no hacían viajes era porque uno de los generosísimos hermanos Pucp juntaba en su casa a todas las sangres del mundo para una “chupeta memorable”. Tal fama tenían estas reuniones cosmopolitas en la conservadora Lima.

Recuerda Lucía que acabado ese ciclo, luego de haber comprado regalos con el mísero sueldo de su primer trabajo, dejada atrás la navidad, recibió en su bandeja de Hotmail la invitación a una Integración para despedir el año en casa donde Nicola era huésped ilustre. Inmediatamente, cogió el teléfono y llamó a Fiorella. “Ingrata, si yo no te llamo tú tampoco, ¿no?”, la culpó Lucía. “¿Ya te deja salir el energúmeno de Tiger?”, retrucó Fiorella con mucha astucia. “Ya, no lo nombres, tengo una misión para ti”, dijo Lucía y consumió todo su saldo contándole el plan de fin de año.

En los oídos de Fiorella, sonaba a buena nueva. “¿Qué tipo de extranjeros?”, preguntó. “Déjame al francés, te cedo lo demás”, respondió Lucía.

(…)

Lucía asistió a la fiesta a expensas de Tiger, sin su consentimiento, traicionando su confianza, timando la inocencia si bien aguafiestera de los sueños en los que seguramente se encontraba (tal vez soñando con ella y el encuentro pactado para el Primero). La presencia de Fiorella, sentía Lucía, expiaba un poco su culpa, mejor dicho, la compartía, la volvía para dos. Al final, Fiorella fue quien insistió en ir de todas maneras al fin de año con los franceses.

Aterrizaron en la fiesta y Lucía presentó a Fiorella y Nicola. Éste último las presentó con Rurh, que se perdió junto a Fiorella por los pasillos de la casa. Las cosas habían cambiado desde los tiempos destemplados de la juventud, las Meras habían aprendido a cuidarse solas, a buscar sus propios hombres y burlarlos sin necesidad de tener amigas escoltándolas. Mientras Rurh entablaba los primeros pininos de su conversa con Fiorella, le hablaba de sus viajes y de las cosas sorpresivas de Cuzco, como por ejemplo, la experiencia divina de ver miles de dioses Incas regados en las calles que cobraban un dólar por hacerse fotos con ellos.

Lucía y Nicola habían superado esta fase tiempo atrás. Sus conversaciones enfilaban por el lado del historial amoroso de cada uno y Lucía era experta en desaparecer cualquier rastro de compromiso pasado o presente. Los problemas con Tiger eran recuperables pero la situación era inmejorable para anotarse un puntazo con el francés Nicola que estudiaba Antropología y tenía una novia en Europa, paseandera como él, pues mientras visitaba Perú, ella visitaba México. Lucía le pidió bailar.

Nicola contrariaba la rigidez del francés promedio con unos pasos lentos pero bien organizados y graciosos de salsa. “Sigue mi ritmo”, le decía Lucía al oído. Él respondía tu dois etre le diable dans une femme”, y era exactamente lo que Lucía sentía, que el diablo estaba metido dentro de ella. Delante de él, se sentía poseída. Otra vez con su voz roída, Nicola le dijo que le quitaría el cuello de un mordiscón. Los franceses sí que sabían ser serios y mandones, pensaba Lucía antes que la cautive de nuevo: “Je vais commencer par tes levres”, y así lo hizo. Empezó a besarla.

El camino no tenía retornos, ni uno solo. Licuaban sus fluidos salivales con una rapidez que acuchillaba el viento, dieron vueltas inconexas y rindieron sus fuerzas un momento para agarrar sobre los sillones mullidos. Hasta que Nicola propuso subir al dormitorio y pasar las doce arriba.

Como todo se le había escapado de las manos y Lucía ya no era ella, ¿acaso su espíritu escapaba al pasado sin consultarle?, ¿deseaba encontrar el misterio de la infidelidad?, ¿besando un poco a otro chico estaba trampeando?, ¿volvería a coleccionar hombres de nuevo?, se preguntaba y se preguntaba Lucía. Proseguía, ¿por qué sentirse mal si lo disfrutaba?, ¿alguna vez Tiger se enteraría?

Las preguntas sólo la mareaban, intentar buscar razones a su vida, a sus actos deshacían el momento, clausuraban las puertas del deseo, representadas esta vez por la habitación de Nicola. Cualquier razón no dejaba de serlo por más que sintiera, en su proceder, malas intenciones. Las cuales Nicola, estaba segura, no le hacía sentir mientras jalaba su brazo, prensando sus dedos suavemente.

Aquella noche, Nicola hizo lo que Lucía le permitió.



Lunes, 16 de febrero de 2009

El frío había cedido y ya no helaba la sangre de sus dedos. Había aprendido a acoplarse a nuevos climas y a conectarlos con sus días. Así, el invierno que había buscado en Estados Unidos no era más que un espejo de la soledad que llegó a sentir luego de romper con Sylvia.

Poco a poco, fue acostumbrándose a visitar el Messenger no para ver a Sylvia conectada, si no a Lucía, cuyas largas charlas, más largas según recuerda que en la mera realidad, le ponían bien;  por ratos, ella se ponía hostil con las preguntas inoportunas de Javier. A veces lo sentía muy curioso de su vida: detalles, reacciones, manías, quería saber muchas cosas de ella.

-¿Alguna vez le sacaste la vuelta a Tiger?

Meses antes no le hubiera contestado esa pregunta. Con las semanas que ya llevaba el año, las conversas archivadas en carpetas del disco duro, Lucía había confiado otros secretos de su vida: la guerra inexplicable contra el pequeño Jeremías, el abandono de su viejo y la esforzada tarea de su madre por pagar su carrera en la Católica.

-Sí, dos veces –dijo Lucía por fin-.

La primera vez fue con un emo roquero y la segunda con un estudiante francés, contó Lucía. Al primero lo conoció en un bar, fue simple, recordó, él tocaba unas canciones, bajó a la barra, conversaron un rato, se gustaron, “me dedicó unas rolas y nos vimos afuera, se quiso pasar de vivo así que lo convencí que perdía el tiempo conmigo, es más, lo convencí de que era un perdedor”, detalló Lucía fríamente.

El último año nuevo Tiger fue adornado otra vez, “¿te acuerdas del francés?”, consultó. Claro que sí, lo sabía, “sabía que caerías con ese baguette”, dijo Javier como reclamando, ¿se había molestado? Lucía pormenorizó los datos, las horas y las fechas que Javier le pidió, pero supo llegar, siempre sabía llegar hasta la frontera donde no se contaba más, era el territorio insondable donde uno ya no sabe si creerle o no a una mujer.

El juramento incluía frases como: “te juro que no pasó nada”, “sólo nos quitamos la parte de arriba”, “pasó una vez y ahora somos amigos” o el indiferente “si me crees bien, sino también”. No le creía,

-No imaginaba a Tiger con cuernos. -dijo él-,
-Esa no es la palabra, exagérala.
-Cuernototes: cortesía de Lucía.
-Lo peor fue el día siguiente –esa combinación de palabras escarapeló a Javier-.
-¿Te embarazó?
-No, huevas, tenía que ver a Tiger el Primero, ¿recuerdas?
-Qué pasó, quitaste cuerpo nomás.
-Casi, si no iba se podía dar cuenta. Además, tuve quince llamadas perdidas de él la noche de año nuevo.
-¡Milagro! Tiger nunca fue tan insistente -Tiger nunca pasó de las tres llamadas perdidas, siempre seguía el manual del macho seguro de sí mismo-.
-Pero sí celoso.
-¿Y cómo lo solucionaste?
-Secreto profesional.
-Ya pues, Lucía.
-Fácil, fui la novia más atenta de todo Miraflores. Lo llené de mimos y abrazos. Le compré cosas, lo hice sentir como el rey, la divina pomada, le cambiaba de tema cuando preguntaba por mi año nuevo. Para él, yo me quedé en mi casa, tranquila. Ni se dio cuenta que pasé mala noche.
-Lo traes embobado, eres una cabrona de cuidado.
-Ok. Basta. No te lo dije para que te pongas ordinario.
-Perdón, sólo te quise dar un poco de tu medicina.
-¿Cuando te he hablado así de feíto, Javi?
-Siempre.
-No lo recuerdo.
-Yo sí recuerdo algo que te quería preguntar hace meses.

Javier confesó finalmente sus sentimientos, a través de la pantalla, guardando la lejanía de cuerpos y la cercanía de los rostros, se sentía más valiente. Sabía que su acción no tendría efectos inmediatos ni rochosos. No aseveró mucho, pero en su siguiente pregunta lo dejó entrever.

-Quiero que dejes a Tiger, o que él te deje a ti, no sé, ¿puedo entrar ahí?
-¿Ahí donde?
-Ahí, a tu corazón chorrillano. Creo que a mi vuelta trataré de conquistarte, Lucía.
-Qué dices, Javi, tú eres como un hermanito para mí.

La frase quedaría rebotando en las paredes cerebrales de Javier por mucho tiempo más: “eres como un hermanito para mí”.

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Fotografía 1 y 2 por Miss Salander
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CONFIRMACIÓN: Confirmamos que recibimos el post de Alias "Ana". Sólo falta que elija su canción. Abrazos, (a) Ana.


DESPEDIDA DE REII: Este fue un año un poco promiscuo para "mi pluma". Hilvané historias mías que fueron relevadas por esta semi-novela que me he impuesto terminar antes de morir en una jodida balacera. No es broma, para los que les interesa, estoy practicando en las páginas policiales de un diario popular donde cada día respiro la sangre de los desdichados. Por otro lado, los seguidores aumentaron y los comentarios bajaron, pero seguimos escribiendo y lo seguiremos haciendo por mucho tiempo más.
Me toca anunciar las PLUMAS INVITADAS 2011, el próximo post detallaremos bien eso (viene con sorpresa), así que no se lo pierdan. Nosotros nos vamos de vacaciones un tiempo. Pero se quedan en buenas manos, en buenas historias, distintas y quizás mejores que las nuestras. Disculpen siempre el retraso de mis posts. Abrazos para todos.

domingo, 9 de enero de 2011

Fue ayer y lo recuerdo



Siempre he creído que puedo controlar mi tristeza. Como un Superhéroe, que había encontrado el superpoder en la invulnerabilidad emocional. El don de extinguir las lágrimas, de asfixiar el sollozo y desvanecer el dolor. Este talento lo obtuve la primera vez que una mujer me destrozó el alma. Sin saber que en futuro encontraría mi kryptonita. Si Ximena hizo añicos mi adolescente corazón, Malena lo hizo mierda.

Estoy borracho y necesito tomar aire, pienso. Salgo de la casa, no sé adónde ir. En el camino siento el sabor salado de mis lágrimas resbalando en mi boca. Le escribo un mensaje de texto, a ella a la que no está conmigo esta noche estrellada “Feliz año, donde quiera que estés”. Sé que no responderá. Está decenas de kilómetros de distancia. Y me pregunto qué he hecho. Prendo un cigarrillo, mirando las estrellas en esta noche tan bella y triste. Y busco su olor entre mi ropa, mis cosas y no lo encuentro.

Sueño que me doy una ducha llorando porque no sé adónde ir, no sé cuál es mi lugar en el mundo, en mi imaginación, ella irrumpe guapa y elegante. La abrazo, me recuesto en su cuello y siento cuanto me quiere. Comprendo entonces que es allí donde quiero estar, donde mejor me siento, entre sus brazos. Pero es un sueño, por eso estoy aquí, en una cama, con un bello ángel, lejos muy lejos de ella, de mi casa, de la suya, tan lejos para no ir a buscarla y decirle te amo. Me despierto ebrio de amor. Con una resaca equivalente solo a mil cervezas. Los rayos del sol penetran por un pequeño orificio de la ventana. Hay un ángel castaño que duerme conmigo aunque no es ella y por más linda que sea, no lo es. No escucho su respiración, tal vez esté muerta, pienso. La música estrepitosa de los zombis que deambulan como queriendo apagar las luces del cielo y traer de nuevo la noche, y con ella, su encanto. Más tarde regresé a Lima, con el corazón roto y seguiré pensado en ella.

(…)

Nos hemos juntado, por casualidad, ninguno de nosotros planeaba pasar, la última noche del año juntos. Emilie, quien está enamorada, de un taxista, cuatro años mayor que ella y que mantiene a espensas de sus padres, ha terminado su relación sentimental, un par de días antes. Pasara esta noche con su ex novia, en una fiesta de algún cono de la ciudad, lo cual la ha dejado sin planes. El pequeño Jorgito, Se iba a una fiesta en un distrito peligroso en Lima, ya que una chica fácil, lo esperaba, además, de haber terminado con su novia, un día antes, debió a los celos justificados, de su novia. Antonio, quien no tenía plan alguno, se ha dejado convencer por el pequeño Jorge, de acompañarme a una fiesta en el sur. El ángel de cabellos castaños, debe ser una de los que mas sufre, ya que su cumpleaños esta a pocas horas de cumplirse, su relación sentimental a terminado, pues ella, a pesar de estar enamorada de Giorgio, su novio, se a enterado por otros, que ella, lo engaña, con un amigo que tienen en común y no sabían, ella lo negó todo, pero él no le creyó. Y yo, los juntado a todos, tal vez para sentirme menos solo, tal vez para aventúrame a una fiesta, en la que mi mejor amigo, me ha dejado plantado, y mi ex novia, baila a decenas de kilómetros, con su amigo el que sospecho en el futuro será su nuevo novio.

Estamos varados, en un parque impacientes, molestos, y cansados, trato de llamar a Lima, a hablar con mi amigo que, supuestamente iba a venir con nosotros, me da el numero de Cristian, una hora más tarde, encontramos la dirección, gracias a la llamada oportuna de él, que esta muy cerca de la casa embrujada de Punta Negra. Nos alegramos de haberla encontrado la casa, pero al entrar no era lo que esperábamos; sin embargo, es lo que nos queda, abra que gozarlo, pues aquí estamos.

Nos alojamos en un cuarto que se nos ha sido asignado por Cristian, alistamos las cosas, abrimos los tragos que hemos traído de Lima, un par de whiskey etiquetas rojas que combinamos con energizantes. Parece que el licor, nos alivia las penas. Emilie, habla en voz baja con el ángel de cabellos castaños. Nos pide que nos retiremos de la habitación, y no oponemos resistencia. Nos llevamos una de la botellas y las tomamos perdidos entre la gente que, sigue llegando de Lima.

Me pierdo entre la multitud, les toco la puerta, ellas me abren, me dejan pasar, ambas están, ansiosas, emocionadas pero de que, me pregunto, me piden que cierre la puerta, y yo, obedezco en el acto. El ángel de cabellos castaños, me pregunta, te quieres destruir, y yo, pienso antes de responder, si es contigo, que sea de una vez. No obstante, le regalo una sonrisa coqueta, y le dijo porque no. Emilie destapa una botella de whiskey que se ha quedado en la habitación, y empezamos a tomar, a conversar y reírnos, sin pensar en nuestros corazones que se encuentran tan lejos, por un instante somos felices. El ángel de cabellos castaños, abre su canguro, donde saca una bolsa transparente y dice, esto vale 20 dólares, no lo desperdicien. Empieza a desmoñar la planta con gran habilidad, y yo, la miro asombrado, aunque trato de parecer experto, no lo soy. Empezamos a fumar, a reírnos. Emilie, pone de su celular una canción de Calamaro “crímenes perfectos”, pienso, que esta es la escena perfecta para una película de Woody Allen, dos hermosas chicas, y yo. Destruyéndonos como si estuviéramos artos de esta vida, de este mundo, y de la mierda del amor.

Tocan la puerta, son los inoportunos de Antonio y Jorge, preguntan por mí, ellas se quedan calladas, no responden, le dicen que he salido a comprar que ya regreso. Y seguimos en lo mismo, Emilie, alza el volumen, y cantamos al unisonó “Si resulta que si, si podrás entender lo que me pasa a mí esta noche, ella no va a volver y la pena me empieza a crecer… A dentro.” Les prometo regresar pronto, debido a que mis amigos, están preguntado por mí. Y ellas, no hay problema, todavía estaremos aquí un rato más.

Mis amigos, no notan la diferencia, están igual de ebrios que yo, no me dicen nada, me pasan un vaso y seguimos tomando hasta que Jorge me pregunta por el ángel de cabellos castaños, y yo, lo miró como diciendo, no sabes a lo que vas, ella te va destruir, pero es tu problema, dijo, si ella va salir en un momento, no sé, ya sabes cómo son las chicas, y él, sí seguro, y se empieza a reír de forma tan escandalosa que me espanta.

Convenzo a las chicas que dejen pasar a mi amigos, ellas aceptan, y tomamos a dentro, en la habitación, como si tuviéramos nuestra propia celebración de año nuevo, mientras Emilie vuelve a la carga y arma otro porro, y todos excepción de Antonio, nos dejamos llevar por el fumo del desamor, el ángel castaño, me llama a un costado, me dice en voz baja, ya te sientes mejor, o necesitas algo más fuerte, porque no quiero que estés así, y menos por una chica, eres un chico muy lindo, simplemente, eres muy bueno, sabes. A nosotras nos gusta debes en cuando que, nos traten mal, y se ríe. Y yo, la miro, y no se que decir. Veo que se mueven sus labios, pero no logro escuchar lo que dice, su voz se pierde entre cohetones y la bulla de más gente que ha entrado en la casa. Ella, me toma la mano y me lleva al cuarto continuo, yo la sigo.

En el cuarto continuo, saca de su canguro negro, su billetera, y saca un papel sumamente delgado, y yo, le pregunto ¿qué es? Y ella, lo llamo “polvo de ángel”, y yo, que extraño nombre, estoy algo ebrio, y solo hago lo que ella me dice. Y ella, no me digas que es tu primera vez, y yo, bueno, exactamente no es mi primera vez, y miro entre mis piernas, y ella, se ríe, y dice , no tonto. Ambos nos reímos, desenvuelve el papelito, y empieza a aspirar por la nariz, con una tarjeta de crédito, y su cabeza hace un brusco movimiento hacia atrás, y dice, que rico. Ahora tú. Y yo, no sé, por un instante lo dudo, tengo miedo, no sé, que estoy haciendo, ella me mira, y me dice. No es nada malo, simplemente no te pegues ok. Y yo, a la mierda, trae eso. Y nos sentamos en la cama, de repente, el polvo cae entre sus piernas, y me dice, aquí no se desperdicia nada, yo la miro y pienso, que irónica puede ser la vida, llorando por una mujer, y es otra la que me da esperanzas, y que esta noche, todos seremos felices. Y ella, yo tengo fe en ti, creo que vas a ser uno de los mas grandes escritores de este país, mientras mi nariz, hace su propio viaje.

Emilie, irrumpe, y dice ¿qué hacen? El ángel de cabellos castaño, dice emocionada, es su primera vez, y las dos me abrazan, como si fuera parte de algo más grande que no logro comprender. Les sigo el abrazo, cuando gritan mi nombre, en la puerta del cuarto, me asusto, pienso que es la policía, que han descubierto todo, que nos arrestaran, pero Emilie me tranquiliza, y me dice, es tu amigo, Cristian. Ya es muy tarde, Cristian a entrado, y ve en mesita que cerca de la cama donde dormirá Emilie y el ángel de cabellos castaños, dos porrazos de marihuana, cierra la puerta, y me dice, ¡que te pasa¡ y yo, temo lo peor, y antes que diga algo, me interrumpe, y dice, me hubiese dicho antes, la cagas ah, la cagas mal, cierra la puerta, y me dice, le puedo dar, y Emilie, le dice si claro, y él, le dice a Antonio,ándate tráete unas chelas pues, al toque, antes que nos den las doce, y la cagada.

Antonio va corriendo. Tomamos las cervezas, ya no hay nada más que fumar, esperamos que Cristian, se marche. Para poder ponernos la ropa del baño. Todos pasaremos las doce, en la piscina, llenada a última hora y con cisterna. Todos nos sumergimos, y los cohetes en el cielo anuncian que se acerca el 2011, con sus nuevos problemas, soluciones, amores, desamores, y sin ella. Antes de darme las doce, corro a la habitación me saco el polo mojado y lo cambio por uno amarillo. Es inevitable pensar, en el año que paso, y recordarla, extraño su risa, que es la más linda de la historia, ya que se ríe con todo el cuerpo, su extraña forma de caminar, como si no le importa como se ve, no es que no le importe, simplemente que no le afecta, y eso le da gracia, extraño su olor… y como sabe, de alguna forma era como mi hogar, pero sobre todo extraño, esa cosa que hace cuando no puede dormir. Como gemir en voz baja y se frota los pies cierto número de veces. Me mata, podría recordar las cosas que me sacan de quicio. Pero son cosas normales, esquizofrénicas de, mujer… y por esa manera de pensar acabe así. Los ojos se me llenan de lágrimas, y no quiero llorar, no quiero que den las doce, así triste.

Vuelvo a la piscina, y los observo a todos desde arriba, veo a mis amigos que me hacen seña con las manos, y me meto, me sumerjo hasta al fondo. De pronto la gente, se abraza, alguien sale de la piscina, baja el volumen de la laptop, y dice, empezó la cuenta regresiva, y todos gritamos con furia como se gritando de esa manera tan aforada nuestros problemas se irían con nuestra voz.

Alzo la voz, que se pierde entre todas: 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2,1… Feliz año, los cohetes iluminan las playas del sur, es hermoso, todos buscan para abrazar a esa personita tan especial. Los enamorados, se abrazan, se besan, otras parejas se meten a las habitaciones, y yo en medio de una piscina, buscándola, pero no es ella quien parece detrás mío, es Emilie me abraza y se acerca a mí, de susurra a la oreja, “este año, va ser mejor, te lo prometo”, y me sumerge a las profundidades de la piscina, y yo no se nadar, pero no me importa, es año nuevo. Aparezco al otro lado de la piscina, mis amigos me abrazan y golpean, y dé repente el ángel de cabellos castaños se acerca y me besa, en la mejilla, yo la abrazo y la saludo, feliz cumpleaños le dijo, y se ríe, y me abraza de nuevo. Ella dice,hoy somos inmortales, y yo la adoro, por esa forma tan fresca de ser, a pesar de todo ella se ríe de sus problemas. Y ella, si no fuera por ti, estaría en un hotel, sola. De repente, muerta de sobredosis, y yo, le dijo, yo también pero de amor, y ambos reímos.

Quedamos muy pocos en la piscina, la mayoría esta bailando, algunos cuantos, se han encerrado en sus habitaciones, otros, nos contemplan o mejor dicho, la observa a ella, quizás todos me envidien por estar muy cerca de ella, pero es mi amiga, y yo, la quiero por eso, nada más.
Más tarde, el ángel de cabellos castaños, dice que gusta katty, yo me rio, y ella, cuando me propongo algo, yo lo consigo, observa. Y la veo, se pone a bailar con katty, que a besado a la mitad de los chicos de la fiesta, y lamentablemente, eso no me incluye a mí, ni a mis amigos, pero si ella. Veo el baile mas sexy que haya visto en vida, dos hermosas chicas contorneándose, al ritmo que el dj, coloca, se pierden entre el genético, yo las sigo, con la mirada, entrar al cuarto, y yo, no puedo dejar de reír. Cristian, a quien no veía hace un buen rato, me pregunta por katty, y yo, me hago de desentendido, y él, no jodas pues huevón, yo la vi con tú amiga, putamadre. Y yo, y la “chiki”, y él, ya esta dormida, así que la noche es solo mía.

No puedo creer que, sea el mismo Cristian que, meses atrás lloraba en una fiesta de la Molina por su chica, tal vez, sea yo, el único imbécil, que creen en el amor. Minutos mas tarde, veo a Cristian llevarse, a Katty, cogida muy fuerte del brazo, la lleva a un lugar oscuro de la casa, y la besa, y ella accede, a mí, me da cólera, pienso en ella, la que no esta, una vez, me conto que una noche, beso a cuatro chicos en una pequeña discoteca, que paradójicamente, el papá de Ximena es el dueño.

El ángel de cabellos castaños, no ha tenido problemas, para socializar con la gente, sobre todo con los chicos calentones, que ha venido de “casería”, y ella, lo sabe, le gusta sentirse deseada, de esa forma “querida”, y olvidar que, perdió a su novio, justamente por eso.

Busco a Emilie, y ella me busca a mí, la madrugada esta avanzada. Mis amigos, están tomando en la habitación. Emilie, me dice, que loca puede llegar a ser ella ¿no? Y yo, me rio, le dijo, ya esta grande sabe lo que hace, si necesita ayuda la pedirá, aunque en el fondo, se que Emilie la envidia, quiera estar en su lugar. Emilie se sienta conmigo, muy cerca de una bancas, que tienen vista a un maltrecho jardín, en el otro extremo de la casa, me cuenta sus problemas sentimentales, y yo la escucho, y le cuento los míos, ambos estamos malheridos, dañados, es lógico que, ambos necesitamos un poco de amor, ella me besa, y la beso, nos besamos, fue algo casi protocolar, sin emociones, vacio. Pero se siento bien ser querido por aquella fracción de segundo. Fingimos que nada había pasado. Luego sin exagerar hablo casi horas de su ex novio, y no es que, no me gustara escucharla, simplemente, tenia sueño, me dirigí hacia mi cama, mejor dicho a la de ellas, porque yo no tenia donde dormir.

Me disculpo de ella salgo a la calle necesito un poco de aire, es inevitable, la extraño, comprendo que la que se ha ido, es distinta, sobrenatural, una de esas criaturas que el destino te pone en frente una sola vez en la vida, y que la he dejado pasar, soy un idiota y un perdedor, cosas que sin duda soy. Pero esta noche quiero escapar de la realidad y soñar, aunque sea un momento, que mi vida podría ser mejor sin esa mujer.

Emilie que ha venido con el ángel de cabellos castaños, conmigo y un par de amigos, me dice, preocupada ¿donde estabas? Te he estado buscando .Y yo, fui a comprar unos cigarrillos quieres, y ella, oye haz visto, parece que pasara la noche con katty, refiriéndose al ángel de cabellos castaños, y yo, me rio, le dijo que, es la magia de la noche, en que todos buscamos el amor.

A pocos minutos, todos entramos y nos quedamos dormidos, excepto Emilie, quien deambulada por la casa, en otro lado de la casa, lo mismo hacia, Katty que se había liberado de Cristian, de su primo, de otros, dos chicos más, para buscar, a la chica mas linda de la fiesta. Pero ella, ya se encontraba durmiendo, y yo, con ella, no sean mal pensados, no paso, nada, estábamos demasiado cansados, y además, mis amigos también estaba ahí, en la cama del costado, sin embargo, entre dormido, pude ver a Katty en mi habitación junto a Emilie, besuqueándose, y sacando cosas del canguro del ángel de cabellos castaños.

En la otra cama, yacen los cuerpos resaqueados de mis compañeros de aventuras. Uno de ellos se levanta, camina por la habitación, como un alma en pena, abre la puerta de la habitación, se pierde en la casa de playa, en donde pasamos la noche. Yo, no tengo fuerzas para acompañarlo, el cuerpo me pesa, y mis ojos piden dormir un poco más.

Fue así como terminamos en la fiesta de Cristian, un viejo amigo, él ha organizado esta fiesta, a que han acudido su novia, su primo, sus amigos y los amigos de sus amigos. Ellos nos reciben con botellas de cerveza, una piscina a medio llenar y la música de David Guetta.

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Fotografía de archivo
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DESPEDIDA DE TENI:

[Tratando de ordenar ideas, pensamientos, sentimientos, se acabo esta temporada, en la que aparecio Malena, de ella aprendi mucho, aunque las cosas no funcionaron para nosotros, la llevo donde no duela tanto y la tenga siempre : en mis recuerdos. He decidido irme de mochilero a fines de este mes, y recolectar experiencia en un viaje que constara básicamente la parte sur y andina del pais. Cuzco, Puno, para luego llegar a Bolivia y conocer Santa Cruz, seguir el camino hasta que este me traiga de regreso a casa. Hasta entonces, queda el post de Pato y luego la versión 2011 de las Plumas Invitadas. A todos: los mejores deseos y sigan leyendo que este blog tiene para rato. Este post, fue inspirado en una novela de Jaime bayly ,gracias.]