Escrito por Black Rose
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Me dijiste “Mira a la luz”, un día de invierno en el que con dificultad lograba estornudar. Estábamos en la puerta del aula de Informática. Traías un polo anaranjado, se veía esplendido junto a sus ojos oscuros y tus cabellos lacios. Tus labios se movían lentamente saludándome por primera vez.
Pasaron los meses, meses de insomnio para mí, pensando en tu ojos negros, en tu paso ligero todas las mañanas por el quiosco de la facultad. Soñaba con verte pasar, con tu barba larga y tu amplia sonrisa. Nos conocimos más, de manera virtual. Sudaba frío al ver en el chat que te habías conectado, era verano. Cómo sería mejor saludar, me invitarías a salir, qué me iba a poner…
Pronto nos miramos en el aula de clases. Mi voz se hacía notar, quería que la escuches, que mis ojos te digan lo que mi boca aún no te podía decir. Escapaba de ti, pero siempre me atrapabas con un mensaje de texto a la distancia, esos que solo me decían lo bien que me veía aunque no haya tenido tiempo para el maquillaje. Esos que siempre me dijeron que valía oro, que me querías, que no interesaba si en el examen era verdadero o falso, o si Santo Tomás de Aquino dijo esto o aquello.
No sé si me veía más hermosa o tus ojos me dibujaban así. Eras el chico de mis sueños, ni un actor de cine era mejor que tú, nada se comparaba a sus manos grandes, tu voz ronca. Me gustaba jugar con tus cabellos y ver cómo te desvanecías. Un día de aquellos, en los que no podía agarrar un gran vaso de cerveza para llevarlo a la mesa te pedí ayuda, claro que me lo cobraste con un beso y así me llevaste a recorrer nuevos cielos, sin alas, sin aviones, sin sombras de viejos amores. Éramos tú y yo, rodeados de millones de personas con rostros comunes. Volví a los quince esa noche tomada de tu mano, hoy éramos más que solo amigos.
Me contagié de la inocencia de aquel beso, tan pulcro, tan suave. Era como la primera vez que a escondidas, debajo de una escalera y con traje de noche, besaba a mi primer amor. Moví cuatro veces la cabeza, les contaba a mis amigas. Sí, cuatro veces. Luego, su rostro y el mío quedaron impactados como los pegalocos de la infancia, frente a frente, sonriéndonos.
Así transcurrieron los días y las noches, las horas y los días. Éramos solo tú, yo y los poemas mañaneros al celular. Éramos tú, yo y nuestras manos cogidas a escondidas por debajo de la mesa en los almuerzos familias de los domingos, donde nuestros padres contemplaban nuestra íntima amistad.
Te miraba de lejos y no me resistía a abrazarte y así, de la nada, como jugando, decirte ‘Te amo’. Era como que tu cuerpo y el mío encajaban como un rompecabezas perfecto, como los de los domingos familiares en tu casa.
Todo iba de maravillas, hasta que un día en una de nuestras jornadas de estudio olvidaste tu celular en mi casa. Hice mal, lo sé, pero revisé tus mensajes de texto. No me engañabas, aparentemente. En eso, más mensajes, palabras de amor, deseos sexuales plasmados en un mensaje de textos, ¿qué es esto? El celular identificaba el número con el nombre de un varón. ¿Me estás engañando con un hombre? Te pregunté. –No, él me busca a mí. –Y tú, ¿por qué le contestas? – Por joda. -¿Crees que te creo? Y bajamos la cabeza.
No dormí durante días, prendida a la computadora, revisando cada movimiento tuyo, cada detalle de tu doble vida, cada gesto, cada comentario, analizando tu ser. Quisiera seguir sintiendo tu olor en cada una de mis cosas, quisiera encontrar firmas tuyas en mis ‘Converse’, siempre sucias de tanto andar contigo. Daría lo que sea por seguir sintiendo tu aliento por mi cabello y reír horas, como en los viejos tiempos en los que cantábamos por la calle tomados de la mano.
Hoy, a casi un año de todo, sigo pensando en ti, renunciando a la posibilidad de estar con alguien más. Hoy jugaremos a no vernos más, a no hablarnos más, a imaginar lo inimaginable, que tú ya no existes, que tú no eres más que un ser que vivió en mi mente, sacados de los párrafos de mis libros de ficción.
Vivo atrapada en las dudas, no sé si me quisiste, no sé quién eres, no sé qué pasó. Solo sé que no hubiera soportado compartirte, con un hombre, con una mujer, con nadie. Una idea un poco cerrada para aquellos con más versatilidad en los temas de libertad sexual.
Me enteré que el día en que cumplí años, no lo recordabas y mis amigos tuvieron que recordártelo para encantarme el día. Me llamaste con indiferencia alzando el brazo izquierdo, mientras con el otro manipulabas tu asqueroso celular. Me acerqué y me dijiste: “Que sean muchísimos más”. Por dentro mi corazón te respondía que sí, que sí serán muchísimos más días sin ti, mientras la duda me ataque el pecho como parásito intestinal.
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Realmente intenso, conmovedor, hasta caer en lo tierno, lo real. Sin duda. Dos pulgares abrriba. No obstante, quisiera saber si, tus amigos apoyan, o se metian en tus decisiones?
ResponderEliminarWauuu como te explico que no siendo mujer, me senti edentificado contigo, porque a mi si mi novia, tuvo una especie de romance, con su mejor amiga, y aunque despues de eso, la siguio frecuentando, hasta que paso algo que esta demas, y le hice escojer entre ella y yo. Me escogio a mí, pero debes en cuando los malos pensamientos se acerban a mí. Ahora no sé nada de ella, juego a pensar que es mejor asi. Debes en cuando la extraño, la lloro, le hablo, le escribo pero solo para mi.
ResponderEliminarbonita historia especialmente creo que son de esas que vale la plena plasmar porque nunca se olvidan cada cosa otras personas y momentos te recuerdan aquellos otros y asi, un poco complejo, jodido lo que paso y verdaderamente en este mundo nadie puede estar seguro de nada, en fin, describe un poco a la persona con la que estoy pero si todo fuera no se... ¿diferente?
ResponderEliminarmucha suerte.
RESPUESTAS DE BLACK ROSE:
ResponderEliminarAnónimo: Traté de que el asunto sea lo más discreto posible, tengo que admitir que al principio sentí verguenza y no quería que nadie se entere, pero luego una amiga en común se dio cuenta de lo que había sucedido a través de otras evidencias y me apoyó muchísimo, creo que eso calmó un poco mi dolor, la amistad.
C.T.L.J: Uno puede amar muchísimo, pero cuando ya no hay confianza no se puede hacer nada. Si tu pareja es bisexual es posible maquinar que te puede engañar con alguna persona y ya desconfías de todo y no vives bien. No sufras por alguien de tu pasado, es malgastar lo lindo de la vida en cosas que ya no tienen solución.
AAC.: Es cierto, conforme pasa el tiempo te das cuenta que es casi imposible poder confiar en alguien. La gente te termina traicionando o haciendo algo, es ahí cuando te das cuenta que es mejor utilizar seudónimos y contar tus historias. Ama y acepta a tu pareja, por algo está en tu vida, por algo te la cruzaste en el camino.
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EL JUEVES VIENE LA SIGUIENTE PLUMA. ¡ESPÉRENLA!
que fuerte!! pero según un par de amigas y amigos gays, esto es normal...pero normal no sé para quien...
ResponderEliminarbueno post!!
Solo tengo que decir black rose que tienes madera. Espero que lances tu blog y poder seguirte.
ResponderEliminarLorena.
Hoy, a casi un año de todo, sigo pensando en ti, renunciando a la posibilidad de estar con alguien más. Hoy jugaremos a no vernos más, a no hablarnos más, a imaginar lo inimaginable, que tú ya no existes, que tú no eres más que un ser que vivió en mi mente, sacados de los párrafos de mis libros de ficción.
ResponderEliminargenial. Me gusto mucho
Respuesta Black Rose:
ResponderEliminarJavier, es normal para personas con este tipo de opción. De hecho que hubiera podido continuar con esta relación, pero nunca hubiera podido confiar en él. Me hubiera vuelto una celosa obsesiva que no lo deja chelear ni con sus amigos.
Debemos tener respeto por las personas son diferentes opciones sexuales, pero resulta ser duro cuando ya entramos a ser parte de juego para ellos.
Respuesta Black Rose:
ResponderEliminarLe responde a Anónimo: Muchísimas gracias por apreciar mi trabajo. Pronto lanzaré mi blog con una temática bastante interesante. Nos seguiremos pronto. =)
Respuesta Black Rose:
ResponderEliminarSí, es duro, a veces tenemos que imaginar que ya no existe alguien que amamos, solo para poder continuar con nuestra vida. Ahora esta persona solo es un personaje de mis historias y alguien que se llevó un pedazo de mi corazón, pero que con el tiempo he ido regenerando ese 'tejido' perdido.
Estimado público lector,
ResponderEliminarSi les gustó la narración, les pediría me apoyen con sus votos. Solo quedan 12 horas. Muchísimas gracias de antemano.
Black Rose.