viernes, 2 de septiembre de 2011

Estados orgiásticos


Es domingo por la tarde y hace frio. La resaca del día sábado lo hadejado literalmente postrado en su cama con su pijama azul marino. De pronto, mientras Adrien Brody escapa de los nazis y busca refugio donde pasar la noche; irá sin saberque va a la casa de la mujer que ha amado desde antes deque comience la guerra. Dos años después y ella está parada delante de él, atónita y embarazada de otro. El teléfono empieza a sonar por cuarta vez. Es momento de poner pausa al Pianista. Maldice, quién podrá ser un domingo de resaca, quién.



Imagen por eddfirm

Cuando llegó al teléfono este sonaba con más fuerza, lo que le produjo mal humor ya que, las dos veces anteriores que contesto había sido números equivocados. Sin embargo, cuando este levantó el auricular escuchó una voz dulce que lo llamaba por su nombre, lo cual le pareció aún más perturbador, hasta que escuchó que lo llamó de nuevo y reconoció la voz que lo nombraba, era ella.No puede ser, ella estaba en Cuzco.
-Hola,acabo de llegar a Lima. Pensé en llamarte y saber ¿cómo estás?Le dijo algo nerviosa, desde el otro lado de la linea, tratando desonar algo relajada aunque no podía.
-Yo bien, aquí con frío, viendo el Pianista. Buena pela. En serio deberías verla.

Ella pensó ¿Deberías verla? Deberías verla, es lo mejor que se te ocurre,en casi dos meses que no hemos hablado.¿ Deberías verla?. A veces pienso que es idiota. Pero aún así lo ha echado demenos.

-¿Qué harás más tarde? ¿Hay que vernos? Tengo tanto que contarte, tanto que... Uff no sabes.

No sé pero es que hay veces que las mujeres piensan que lo pueden arreglar todo con un 'podemos vernos'. No puede venir un día cualquiera y simplemente cambiar mivida, es que simplemente no puede, piensa él.

-Bueno,por lo pronto terminar de ver la pelicula. Después dormir un poco más, y más tarde nos encontramos en el Maria Raiche.
-Enserio irás, pregunta ella.
-Sí,igual casi siempre voy, alardea él.
-Entonces nos vemos a las siete ¿está bien?, estaré cerca a la fogata.
-Estábien. Nos vemos más tarde.

El Maria Raiche no es un típico parque miraflorino. De noche se pueden observarlas líneas de Nazca hecha de flores perfectamente iluminadas por luces ámbar. No obstante, los domingos se convierte en un punto de encuentro donde jóvenes de todas partes de la ciudad se reúnen para tocar 'los tambores de lapaz' adorar a la Pachamama, encontrarse consigo mismos, fumar, hornearse o simplemente para sentirte hippie por un día a la semana y comentarlo en el Facebook.


La primera vez que él fue al Hippie Sunday, fue porque ella. Quien lo llevó varias semanas antes que se vaya. Ahora él estaba ahí buscándola entre la multitud, entre el viejo chaman Melquiades y su agudo pututo, entre llamas y olores místicos. La encontró al otro lado de la enorme fogata que los separaba como se lo había dicho. Ahí estaba ella sentada,hermosa, frágil con una flor roja en la oreja y su cabello castaño pintado de color oscuro. Ella tenia los ojos cerrados estaba en trance o meditación; mientras él buscaba contacto visual.

La mayoría de personas danzaban al ritmo de los tambores y de las flamas que cubrían el centro del parque.Él también bajo elestado orgiástico en el que se encontraba empezó a bailar, aunque siempre tenia la mirada puesta en ella, quien tenia los ojos cerrados todavía.Cuando los tambores dejaron de sonar por escasos segundos, ella abrió los ojos y, lo vio, le regalo una sonrisa cómplice y le indico con un ademan que se acercara a ella pero era casi imposible, ya que tendría que bordear a la pequeña multitud que los separa y la docena de tambores que tocan detrás de ella, así que gentilmente le explico con la mano que iría después.

Un viejo amigo le toco el hombro y conversaron por cuantiosos minutos, mientrasque el amigo pregunta por la chica que no deja de mirar desde hace buen tiempo.Su nombre es Francesca. Le dice.


-Vaya que sí es linda, le responde el amigo.
-Más que eso, le responde él.
-Pero si la extrañas o necesitas ¿Qué haces aquí? Vamos ve por ella. Le da ánimos su amigo.

Sin embargo mientras él y su amigo discutían la forma más adecuada para hablarle, Francesca ríe a carcajadas con un tipo que la toma de la cintura cada vez que puede. Cuando él se percata de lo sucedido incomodo por la situación decide marcharse y se despide de su amigo sin más preámbulos. Francesca anotado su ausencia y sale a su encuentro.

-¿Qué te vas sin despedirte? Le pregunta Francesca al encontrarlo.
-Bueno es que, ya es tarde y mañana hay clases.
-Dejade hablar y dame un abrazo.

Ella lo abraza y él a ella. Su cuello contra su hombro, sus brazos con su cintura,sus labios a su cara. Segundo eterno. Ninguno dice una palabra, ninguno desea soltarse. Han pasado dos meses desde que ella se fue, y ahora ha regresado. Dos meses, sabiendo de ella por paupérrimos mensajes de texto, la distancia, el tiempo, el clima los separaron pero nada de eso importa ella está con él. Hasta que un silbido interrumpe el momento.

-¿Y él?,pregunta.
- Ahhh es Santiago, mi breda. Dice ella.
-¿Breda?No jodas Francesca, no me vengas con huevadas.
-Enserio, lo es. Lo conocí en Arequipa. Y es que he estado en tantos lugares queno te imaginas, como Pisco, Ica, Cañete, y hasta Puno. Moría de frío.
-Me imagino, supongo que necesitabas ese viaje.
-Sí,ahora todo volverá a ser como antes ya verás.

El mismo silbido los separó de nuevo.

-Bueno,supongo que ya tienes que irte.
-Sí,creo que sí. Pero no importa pues, nos vemos mañana en clases no.
-Sí supongo. Te cuidas un beso.

'Hay es mi breda' se va repitiendo en voz alta, cuando ya ha dejado a Francesca varios pasos atrás.' Si bastante son eso, y seguro no han tirado tampoco'. Gruñe de impotencia mientras golpea un árbol del camino. Francesca lo observade lejos y no puede creer que él aún tenga celos, pensaba que había madurado y por fin pudiese entender la libertad del amor en su real dimensión y separar el verdadero amor del sexo o deseo carnal.

Es lunes y él está sentado en clase de redacción publicitaria. La clase ha comenzado hace 15 minutos y ella no ha llegado. Parece que no vendrá, piensa en voz baja.Mientras la profesora pasa diapositiva tras diapositiva él mira la ventana, y la ve sentada afuera, en la rotonda que da para el campus de la su universidad. Le hace señas con la mano, no escucha lo que dice pero lee sus labios. 'Tú crees que la profe me dejara entrar', y él le responde moviendo los dedos en señal de negación.

Vuelve su mirada a la diapositivas, mientras la profesora habla del concepto defelicidad que vende Coca- Cola. Él se para de su carpeta, se excusa con ir al baño, y va por ella. Francesca lo espera sentada en la rotonda con sus pantalones focalizados de colores y una extraña pañoleta en la cabeza y sus eternas converses moradas que con todo combinan.

-¿Porqué te demoraste tanto en venir?, le pregunta ella.
-Será porque estoy en clases, mongolita.
-Hay pero igual es el primer día ¿no?
-¿Qué dices? Si las clases comenzaron la semana pasada.
-No meseas taradito. Es la primera clase que yo vengo. Vamos quédate.
-Créememe gustaría, pero luego tengo dirección de actores, es más tú también.
-Me cago en los actores.
-¿Qué actores? Es dirección de actores.
- A chucha, me huevee. Pero es lo mismo, quédate vamos a elevarnos un rato.
-France,tengo clases y tengo que ir qué te parece si después de clases nos quedamos juntos un rato.
-Bueno entra tú si quieres. Estaré en biblioteca.
-En biblioteca tú, le responde él sorprendido.
-Qué piensas, que sólo tú lees filosofía.
-Bueno,entonces después de clases en biblioteca.

Cuando la clase termino él salió a toda prisa rumbo a la biblioteca, pero lo detuvo una insoportable compañera preguntándole si ambos eran parte del mismo grupo y cuando se reunirían para avanzar el trabajo. Él se excusó de forma prudente mientras aquella chica no lo dejaba avanzar. Hasta que él prometió ir a su casa en persona a debatir todo el día si era posible, pero que no se podía quedar conversando con ella.

Francesca estaba sentada de forma extraña, rascándose una axila bajo la mirada desinteresada de algunas chicas que hacían comentarios hirientes respecto a su extraña forma de ser. Qué lees le preguntó él, y ella, le respondió que a Oshen y el altruismo.

Ella guardó los libros en su morral, mientras ella hablaba de Gandhi y su protesta pacífica contra la corona inglesa que por aquel entonces subyugaba al pueblo hindú. Escuchar equidad de sus labios producía en él una extraña nostalgia de un amor del pasado y mientras la escuchaba atento soltó una sonrisa pícara.

Se dirigieron a un parque, mientras Francesca sacaba una manzana de su morral, le hizo tres pequeños agujeros. Relleno uno de ellos con una planta verde, lo prendió y se lo pasó a él, mientras se elevaban. Ella le dijo que durante su viaje había aprendido a meditar, y cerró los ojos como aquella noche en el Maria Raiche pero esta vez era distinto, ella lo guiaba otra vez del estado orgiástico en que se encontraban, su mente se abrió camino y la sensación de llegar al cielo lo invadía a él, luego ella hablo sobre buda, Dalí y las técnicas de meditación que le enseñó Santiago, su breda durante el viaje.

Al día siguiente mientras escuchaban clases de Administración de empresas II, el celular de Francesca empezó a sonar, y cuando ella intencionalmente exclamo en voz alta un 'qué lindo'. No cavia dudas, el mensaje probablemente sea del tal Santiaguito de los cojones. Piensa él devorado por los celos que lo corroen.Minutos más tarde él le explica a Francesca las clases pasadas mientras le pide que después de clase se quede con ella. Él necesita decirle algo importante.Cree que es momento de decirle todo lo que siente por ella, que el tiempo sólo ha dormido aquel sentimiento que ha regresado a su intensidad con su pronta llegada.

No tuvieron clase la siguiente hora, la profesora del siguiente curso tuvo un accidente y no podrá asistir, comunicaron a los empeñosos estudiantes, empero dos horas después tenían otra clase más. Así que con aquella noche le cayó como anillo al dedo. Fueron al mismo parque de siempre, volvieron a elevarse, adarse abrazos y él a intentar besarla sin éxito. Mientras ella recogía flores del piso él observó el hilo rojo que sobresalía de su blue jean.

¿Es uno más de tus hechizos?, le pregunta él bajo el efecto de alucinógenos, ella no dice nada lo mira y se rió. Lo observa detenidamente, le toma la mano y lo lleva hasta su pierna, él es presa de una pequeña erección que no puedo evitar,ella sigue moviendo su mano y la lleva hasta un pequeño agujero que posee sus jeans azules. Sin pensarlo él retira su mano y la lleva hacia su alba cintura.Ella lo detiene y le pregunta.

-¿Realmente me quieres?
-Claro que sí France. Siempre lo he hecho, es por eso que me he tragado cada vez, que estás con un imbécil, una chica o incluso con un desconocido.
-Perdóname.Mi intención no es lastimarte.
-Lo sé France, lo sé.
-Sí me quieres tanto como dices, me seguirías a donde me vaya.
-Al findel mundo si fuera posible ida y vuelta.

Risas.Humos.

-Si me quieres tanto como me dices, dejarías todo y te irías conmigo. Lima me enferma,me asfixia.
-Me gustaría irme contigo, pero no ahora.
-Porqué no. Piénsalo, estaríamos juntos siempre, y a veces creo que esa fue la única razón por la que regresé, para pedirte que te vayas conmigo.

Silencio.Humos.

-No, no puedo irme. Si me voy viviría tus sueños y renunciaría a los míos.
-Entonces no tiene sentido esto, responde ella. Regresemos al campus.

Caminaron en silencio, caminaron lento, casi por inercia, seguían los giros del humo convertido en rieles de una montaña rusa que de deshacía poco a poco. La bajada vino en clase, a través de papelitos que contenían mensajes calientes o una tormenta de palabras inconexas. Fueron los primeros en salir de la clase, en realidad él la seguía,él seguía la ruta de la chica de los cabellos tupidos.

Aquel día volvió a salir en sol y su luz lo sorprendió tanto que ella parecía invitarlo a un mundo de libertad. Para cuando quiso detenerla, antes de doblar las escaleras, apareció Santiago, con las maletas listas para irse a Chile. Fue lo único que logró escuchar, que se iban a Chile. Él huyó despavorido, sin tiempo para ver los gestos contrariados de Francesca y la pequeña discusión que armó en la pareja.

Ella no se iba con él, no ese día de sol y cielo azul. Ella se iría una noche entre setiembre y agosto, como le dijo luego por teléfono, el único medio por el que ahora hablaban. Ella ya no va a clases, ya no importan, dejará todo el semestre pagado, dejará este mundo material, su vida está en otro lado, se muere si no viaja, o sólo se muere su espíritu. Él se muere si no viaja con ella. “No te mueras tan lejos”, le rogó él. Quizá lo que le pidió fue que sea siempre la misma.

La confianza se ha roto, la amistad se ha quebrado, o la señal del celular no es buena que los une pero no los comunica. Su vida está aquí, en la ciudad, con la comida lista y el agua caliente. “Seré el calor de tu invierno”, le dice ella, él entiende eso como el primer y último ruego de los labios de Francesca. Ella comprende su silencio y no acepta su cobardía. Nos volveremos a ver, poeta, cuídate.

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Esta historia en una canción

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