jueves, 27 de diciembre de 2012

Fin de fiesta

Imagen por Clarity25


Todo había acabado. Todo había pasado tan de prisa que no asimilaba que era el último día de clases, del  penúltimo año, antes de que el mundo se acabe o al menos eso decían. Eso esperaba. Nos separa un riachuelo de cerveza caliente sobre la mesa. Pero ahí estaba ella a escasos centímetros míos en silencio como siempre, ocultándose tras una inocente sonrisa o con un cigarrillo entre los labios.

Yo había escogido el bar, la mesa y la silla donde iba a estar sentado. Pero no podía escoger el momento exacto para acercarme a ella, separarla del resto, y morderle la boca. Sabía que podía ser la última vez, lo intuía, lo sabía, lo lamentaba. Ella solo jugaba conmigo y yo me había enamorado de ella.

Sin embargo, lo que me molestaba más es que ya no lo haga. Que el verano nos separé, que ya no haya más trabajos en grupo, reuniones en su casa, o en la mía. Que no me llame. Que le escriba. Que no responda. Que haga el papel de chico enamorado y ella de mujer indiferente.

Muy cerca de nosotros había un pequeño grupo de chicas que nos habían observado desde que habíamos llegado. Ellas habían tomado unas copas demás y nosotros recién empezábamos. Una de ellas, la menos agraciada de las tres se me acercó y me pidió un poco de fuego para llenarse de humo los pulmones.

Saque mi encendedor del bolsillo y le encendí un cigarrillo. Aunque, trate de sugerirle que aquel bar estaba prohibido, ella me regaló una enorme sonrisa y empezó a reír como si le hubiera dicho alguna gracia. Luego, me preguntó si era nuevo en dicho lugar, la miré fijamente a los ojos y le dije que no, mentí.

Las cervezas que han llegando a nuestra mesa casi la llenan por completo. Es la cuarta ronda, y presiento que aquellas chicas de la mesa continua siguen observándome, quizás sea producto del alcohol, la música, las ganas que tengo de besarla, o de sacarle celos a Milenka que conversa con Rolando, además  ella se muestra indiferente a mis flirteos con las chicas de la mesa continua.

Ella habla con el gordito Rolando, le susurra cosas a la oreja que no logro escuchar. Lo hace para sacarme celos, pienso. Por otro lado Rolando está feliz, y piensa que está noche podrá decirle que él también está enamorado de ella. Pero ella juega con él como juega conmigo. Pobre infeliz.

Cerati quiere amor de música ligera y Milenka por primera vez en la noche se levanta de la silla, se aleja de la mesa y se separa de nosotros, yo voy tras ella. Qué habilidad tienen las chicas de escabullirse entre las masas y perderse entre las luces de neón que ahora confundo con estrellas. No la encuentro. La he perdido, hasta que tropiezo con una pequeña botella vacía en el piso y la veo.

La llamo desinteresadamente, mientas ella habla por teléfono pero al verme cuelga instintivamente. Ella se acerca a la barra y compra dos cervezas pequeñas, me regala una. Me ofrezco a pagar pero ella toma mi dinero y lo pone en el bolsillo de mi camisa. La música suena cada vez más fuerte, y la llevo a la pista de baile, sin embargo me regala una sonrisa y se disculpa porque tiene que ir al baño. Regreso a la mesa derrotado pero con una pequeña cerveza de consuelo, nadie pregunta por Milenka.

Johana, que es una de las chicas de la mesa del costado, me pide mi encendedor y se dirige a una especie de puerta secreta, primero la sigo con la mirada, me levanto y mis pies caminan en dirección a ella. ¿Puedo acompañarte?, le pregunto. Ella se ríe y me pregunta si aquella chica sentada en la mesa es mi chica; y yo miro a Milenka de forma cómplice y le afirmo que solo somos buenos amigos, que alguna vez intentamos algo pero no funcionó. Pero ¿cómo te has dado cuenta?, le pregunto; y ella, porque te mira de forma desinteresada pero con interés. Cosa de chicas, y se quedó en silencio. Nunca entenderé a las mujeres, bromeo y golpeo de forma consecutiva mi último cigarrillo.

No obstante, no sé en qué momento la chica del cigarrillo mentolado, empezó hablar de filosofía; y yo le escuchaba. Descubríamos que teníamos pequeñas coincidencias y cosas en común y antes de terminar de hablar sobe Benigni, nuestros labios empezaron a acercase. La besé y me besó.

Diez minutos más tarde, fueron a mi búsqueda, y me dejé encontrar. Me despedí de la desconocida de nombre mentolado y dejé en el aire una promesa florando de que la llamaría cuando regrese a casa. Milenka echaba fuego por los ojos, y me llamó a un costado y me susurró lo nuestro ha terminado; y yo, si nunca empezó.


_______________________
Esta historia en una canción 



[ Aviso #1: Quiero invitarlos, queridos lectores, a mi cumpleaños que será hoy viernes 28 de diciembre en la Plaza San Martín del Centro de Lima. Sería un golazo verlos ahí. He hecho un video para que se animen a ir conmigo a celebrar antes que nos atrape el fin de año. Saludos y felices fiestas. ]


Hagan click aquí para ver el evento en Facebook

[ Aviso #2: Están invitados a participar en el evento Plumas Invitadas 2013, que serán las últimas. Envíen su choteada al correo blog.choteadas@yahoo.com. Entérense más en este link: Bases del Tornero de Plumas Invitadas. ]

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aunque sea una carita feliz... )=D