Esta vez, los bastardos sin gloria de este bloJ hemos querido engatusarlos con este post especial por Halloween o por el día de la Canción Criolla (según celebre el particular). No hemos encontrado mejores trajes literarios que calcen con nuestras sensaciones esta noche de Brujas (con el perdón de Bayly, al que le robamos su título). Dos reflexiones de estos dos espíritus chocarreros: Teni será el Cojo y yo seré el Loco. Al final, la entrevista al más farandulero de este bloJ.
El Loco (reii)
Esta semana el barrio se dividió: un vendaval de fiestas de Halloween fueron el motivo. Cada quien llevando agua para su molino, remando para donde quería llevar a los demás o, como es clásico, se escuchó el “yo voy adonde van todos”. Pero esto pasa siempre, unos quieren ir a un tono, otros ruegan por ir a otro: que el Hot, que el Sexy, que Barranco, que el Trick, que el Honey, que una chupeta en el barrio, etcétera.
Yo no pensaba ir a ninguno. No era necesario intervenir en esas discusiones. Al final caeré (porque aun no lo decido) donde pueda pagar una cifra poco escandalosa. Esos fiestones se me hacen caritos (y apuesto a que son redondas estafas). Todo ese entusiasmo por travestirse como bombero, pokemón o Luke SkyWalker no me hechizan como cuando era un crío, no erecta un solo vello mío ni engolosina ninguna parte de mi alma.
Las facciones son las siguientes: Queen dice que irá conmigo a Carpe Diem, aunque con ella no se sabe; Teni, Blue y Piero irán a HallowTrick; Mario irá con Bruno, Javier y su novia a Sexy Halloween (renegando de que Teni no irá con ellos por perseguir a Blue en el Trick); Juan Carlos aboga porque ellos se queden en el parque tomando, en todo caso lo acompañará el nuevo amigo Andy; Diego irá adonde lo lleve su musa Milagros; Mauricio buscará una tocada bohemia en Iguana Rana (dudo la encuentre allí); la promoción del colegio que nos unió a todos irá a Hot Halloween (razón suficiente para no ir) y algunos pocos amigos de la universidad al tono del Real Felipe, como avisaron a última hora no caeré por allá.
En esta fecha embrujada, el barrio se ha dividido y eso me gusta. No es que aborrezca la amistad que venimos cultivando hace años. No estoy loco (¿o sí?), pero si cada quien vuela a la fiesta que desea (y puede pagar) me dejan cierto margen de acción, cierta liberad que no pedí, alguna rara esperanza de poder naufragar en la fiesta que quiera: y yo quiero ir al Carpe Diem con amigos de la universidad con los que nunca me he desbandado (ni pensaba hacerlo).
Al final cada quién terminará en el lecho que desee. Estas fiestas de Halloween apelan al niño que llevamos dentro. Cada quien irá en busca del caramelo que se le antoje. Mi hermana Luciana, de cinco años y vestida de Cenicienta, probablemente hará eso. Yo también lo haré, aunque claro, el sustantivo caramelo toma ribetes distintos para mí como para ella.
¿La canción criolla? Puede ser, pero no aparecen en mi vida amigos lo suficientemente acriollados para animarme a asistir a la movida en las peñas de esta ciudad de eme. No es que me falte nacionalismo para celebrarle un día a la canción criolla, ni tampoco soy un alienado por caer en una fiesta jalowinística. Sospechen si alguien los acusa así. Si no me comprometo con mis amigos, porque habría de comprometerme con celebraciones localistas como lo son el Halloween o el día de la Canción Criolla.
Sólo quiero divertirme, y la diversión escapa siempre de los compromisos con terceros: la diversión es la lealtad con uno mismo, con sus deseos e impurezas.
El Cojo (Jorge Luis)
El cojo no nació cojo, nació cojudo y está enamorado. No es que esté cojo porque le falta una pierna, porque tenga alguna deformidad. Es cojo por errar el penal del triunfo para su equipo de futbol en el Campo de Marte, de ahí su adjetivo.
El cree que la noche de brujas es la única noche en la que puedes ser otra persona y las chicas pueden usar prendas diminutas como disfraces que incluyen accesorios como orejitas de ratón u otros animales, diablitas, o usar colitas de conejo. Sin ser criticadas por otras o tildadas de facilonas.
Aunque él prefiere celebrar el día de la canción criolla, ya que se asemeja más a nuestra realidad, y no a una tradición anglosajona que se remonta a los celtas. Pero no se ve bailando “Cuando llora mi guitarra” con alguna de sus amigas. Y es que claro el cojo no tiene novia y no es porque sea feo, es todo lo contrario, si no la tiene es por cojudo.
Se encuentra en una encrucijada porque casi todos sus amigos van a celebrar Halloween en un conocido antro. Pero él no quiere porque la chica de sus sueños irá a otra fiesta, y ella le ha propuesto que vayan juntos, por eso él no sabe qué hacer.
Si va con ella tendrá miedo que sus amigos le dejen de hablar, pues exigen su presencia. Pero si va con ellos querrá luego pasar Halloween en compañía de aquella chica que tiene al cojo más cojo que nunca. Pues las cosas ya parecen estar escritas y las horas avanzan, el reloj corre y no ha tomado una decisión para esta noche de fin de mes morado: noche de los muertos; habrá corazones muertos también, tal vez por la posible ausencia del cojo o porque será choteado.
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Fotografía tomada por Queen.
Antes de salir a la fiesta de Halloween, dejo aquí la entrevista a Jorge Luis (a. Teni). Que tengan un feliz treintiuno y una buena semana. El próximo post, Teni o yo, escribiremos sobre las desventuras y victorias de esta noche bruja.