sábado, 10 de julio de 2010

Te presento a mi papá





Hay pocas circunstancias que me producen tanta sudoración y tensión, adormecimiento de extremidades y mudez momentánea: las definiciones por penales, la final de Alemania 2006, los parciales, los finales de Teorías de la comunicación e Historia de los medios masivos y cuando llega el momento en que tu novia te presenta oficialmente a su padre.

No importa si eres adolescente o joven, tímido o apantallador, experto o primerizo, Pelé o Maradona. Creo que a todos se nos estruja el estómago y sentimos un vacío en las tripas, cuando en medio de la sala oímos el eco de un carraspeo y unas pisadas (al mismo estilo de Godzilla) que se aproximan y se anuncian casi a tono de trompeta la eminente presencia del hombre que podría llegar a ser tu suegro.

A diferencia de las madres que por lo general suelen ser amables, noveleras, un poco cómplices y hasta llegan a invitarte alfajores con cocacolitas compradas a último momento por la empleada maltratada al grito de “!Griselda, ¿y las galletas para el muchacho?!”.

El anuncio del papá está revestido al puro estilo del viejo oeste (y la granja de Orson). El papá se plantará delante de ti por eternos segundos que parecen ser horas, se dedicará a verte desde los rulos hasta los pies. Luego te apretará la mano con excesiva fuerza y firmeza (acaso temiendo que esa misma mano ya haya explorado algunas honduras corpulentas de su dulce princesa) y con una gracia que disimula sus verdaderos propósitos, te someterá a un cuestionario calcado de un test de comisaría. Comenzará con nombres y apellidos completos (se recomienda no titubear), lugar de origen, centro de trabajo (o de estudios), residencia, nombre y ocupación de los padres (más te vale que tus viejos no sean separados).

Más que una grata conversación se convierte en un cuestionario del cual no puedes escapar, uno puede llegar a sentirse una especie de res que pasa un control de calidad, que solo recibirá el sello de garantía si y solo si cumple con los mínimos estándares de higiene y presencia (no olvides llevar una camisa sport elegante y algún presente para el suegro).

A este perfil responden los padres duros, celosos, casi militares, que sienten en el noviecito de sus hijas un enemigo en potencia; sin embargo, otra será tu suerte si te topas con Papá-Genial, otro clásico ejemplar. Ese con el cual hay una química instantánea y con el que increíblemente sobran las coincidencias. Los dos son hinchas del mismo equipo (la U, 25 copas nos respaldan), odian a los políticos (léase Keiko Fujimori, Ollanta Humala, Manuel Masías), los dos toman la misma marca de cerveza cuando se ha dado la ocasión de brindar juntos, además, los dos son ligeramente comodones (criados en la vieja escuela), machistas y no entienden por qué las mujeres se demoran tanto en el baño.

A diferencia del Papá-Ogro que descubre en el noviecito de su hija al hijo que nunca tuvo (por chancletero) y por esa naturalidad o afinidad llega a convertirse en un obstáculo para su propia hija. No es rara el siguiente cuadro: tú y tu chica saliendo rumbo al almuerzo de promoción de ella, la cual se ha hecho bastante tarde por esperar a que la “princesita” termine de alistarse. Están claramente apurados, tus amigotes te han llamado tres veces y te tildan de pisados porque aun no llegas. Pero, justo al momento de marcharse el papá que no ha captado la urgencia del contratiempo, al verte sentado en la sala jugando con el cenicero y mirando tu celular una y otra vez se le da por iniciar una conversación que promete debate: “tú que piensas estudiar periodismo, ¿viste el cabezazo de Zidane? Creo que por él perdió Francia”. Tú no sabes cómo decirle que los Deportes no es lo tuyo, sino que vas a Sociales (espectáculos, y no te sentirías nada avergonzado si trabajaras para Magaly).

Solo un eufórico grito de tu novia (“¡papáaaaaa, vamos a llegar tarde por tu culpa!, además él no va a Deportes, sino a Espectáculos”) podría desbaratar ese acalorado debate.

Ahora reflexiono y pienso en los dos suegros que he tenido. Que han sido absolutamente unos tipazos. El papá de Ximena, el señor Óscar, quien era músico bohemio, dueño de una de las discotecas del boulevard de Barranco, que se jura ser el Augusto Ferrando de Pedro Suarez Vértiz, antes de Arena Hash. Una de las tardes que visitaba a su hija, él sacaba la guitarra y me daba cátedra de las quintas y séptimas de las canciones de Fito Páez, U2 y Maná. Es gracioso recordarlo con su look de Eddie Herrera y recordar una de las veces que Ximena me mostró sus fotos ochenteras (gordo, pelucón y barbón).

A los pocos meses que Ximena rompió conmigo,  y decidí buscar un trabajo para olvidarla, me crucé con él en la plaza y le dije: “señor, se acuerda de mí, soy Luis, ¿qué fue de su hija?”, me respondió “¿cómo no sabes?”. “Qué pasó”, dije preocupado, recordando la canción de Pedro Talk Show. Felizmente me calmó cuando dijo: “Ella se fue a estudiar un cursillo en Buenos Aires”. Luego, me dijo que lo acompañara, que por el aprecio que me tenía me invitaba unas cervezas en su nombre. Es el mayor recuerdo que guardo de él. Donde quiera que esté, señor Óscar, lo recuerdo en cada acústico que recuerdo de Fito Páez y U2.

También estuvo el señor Rafael, un señor amable de tez blanca, flaco, cabello corto, ligeras canas y billetera gorda. Con él tuve intensos debates de fútbol y ver un clásico era como alquilar un palco. Mientras se la pasaba horas contándome cómo era Lima antes, de plazuelas, alamedas y demás. El recuerdo más grato que guardo de él es aquella tarde de definición por el título ante el clásico rival (Alianza Lima) me regaló una camiseta que guardo todavía. Su extraña fascinación por la gastronomía italiana nos hacía coincidir más cuando quedaba deslumbrado con sus exquisitos “espagueti a la putanesca”. Sin duda Rafael aparte de ser un gran aficionado al deporte, era también un excelente anfitrión.

Ahora que pienso en ellos reconozco que al romperse una relación, uno debe acostumbrarse a la idea de no volver a ver a los actores secundarios de esa película que ya terminó: los papás, las mamás, los hermanos o hermanas, los cariñosos abuelos, los odiosos primos (¡¡¡ las primas!!!) y las sucias mascotas que se atrevían a tener sexo en medio de la sala con tu jean nuevo.

En medio de esa sala, mientras estaba sentado esperando a Malena que terminaba de alistarse para ir a la presentación del grupo de rock de su amigo, su papá irrumpió en escena, caminando irregularmente sobre la alfombra, me miró tediosamente, su presencia hizo que me lanzara a él para darle la mano, la cual cogió con firmeza, sin terminar de decir “buenas tardes, señor”, o escuchar el grito de Malena diciendo “Ya bajo, gordo”, él me dijo: “Por si acaso soy fiscal de la Corte Suprema”.

¿Cómo seré yo como padre? Quizás un poco de todos, este post me ha servido de pretexto para saludar a todos y recordarlos mientras hablo con Pato de mis ex suegros, acompañados de un café americano.


____________________
Este post en un comercial



__________________________
Fotografía por felialonsof
__________________________
pD. Ya se vienen los polos del blog. Estén atentos, ya les diremos como ganar uno. 
pD2. A los lectores que deseen ser Plumas Invitadas la próxima temporada, no se olviden de contestar la encuesta. Pronto les diremos cómo participar en este sitio.
KT3AMHMKEPQX

8 comentarios:

  1. me encantooo !
    wow, me he sentido muy identificada con este post , me gusto mucho , me rei tanto en algunos momentos , y pensando como se portara mi padre el dia que le presente a "mi primer enamorado" , ya que no he tenido el valor para hacerlo hasta ahorita.
    besos y exitos.

    ANAHI !!!!!!

    ResponderEliminar
  2. hahaha
    hay padres y padres
    en mi caso mi viejo es de lo mejor,cada qe le he presentado a algun enamorado se porta genial con ellos, suerte la mia no?
    Bueen post :D

    ResponderEliminar
  3. Ahora imaginate, como se sienta una chica, para presentarle a su papá, tienes que armarte de valor,dejar bien parado al novio con el que sales,resaltar su virtudes y minimisar sus defectos, participar de la conversacion, y chicas hay que mentir un poco tambien.

    ResponderEliminar
  4. simplemente graciosa de principio a fin

    ResponderEliminar
  5. Me gusto mucho el post y bueno yo recien conoci al papá de mi novia hace 2 semanas cuando viaje a Miami, y estoy con ella casi 5 años. No tuvimos mucho que conversar porque tenia que abordar otro vuelo, pero lo poco que conversamos me parecio buen tipo.

    Ya tengo un post que quiero enviarselo para Plumas Invitadas...avisen cuando tengo que enviarlo y a donde!!

    slds

    ResponderEliminar
  6. cuando uno conoce a su futuro suegro, uno debe portarse a la altura no temer, ser firme, darse animos,pero sobre todo ser tu mismo.

    ResponderEliminar
  7. El suegro, en realidad es como uno, sino que mas viejo, mas experimentado, y con mas porte que uno, uno le teme o respeta, porque sabe, de las cosas que los chicos, son capaces, asi que no hay dudas, hay que saber ganarselo.

    ResponderEliminar
  8. Perdonme la demora en responder.

    Cuando pienso en los suegros en general,los imaginano como ex grandes futbolitas que colgaron sus chimpones, en el ambito del amor.

    RESPUESTAS:

    Ahani: Gracias,gracias por seguir a estos intentos de escritores en nuestro blog, que parece que ha decaido un poco.

    Anonimo 1 : Hay padres, y padres, lo se,pero lo que realmente a mi me preocupan es caerle mejor a las madres.

    Sandrita: Me encanta, mucho tu nombre. Cuando una chica presenta a su novio, debe instruirlo, datearle algunas referencias o hobbies del padre, que temas no tocar nunca se debe tocar, en fin debe darle todas las herramientas, para que el encuentro con el futuro suegro, no pase de una anecdota.

    Javier Muñoz: Viajar para conocer al suegro, que preocupante peudo llegar a ser, me imagino, que durante el vuelvo, pensabas las palabars correctas, en el discurso previo que dirias, y como conociset a su princesa, para la proxmia vez sera, que tenas mayor chance de hablar con el. En estos dias te decimos como participar no nos dejes,


    Andre: A veces ser tu mismo no basta, tienes que ser, el que tu suegro quieres que sea.

    Anonimo 2 : Mas que saber ganarse al suegro, hay que mantener una conversacon alturada, llena de detalle, sin altibajos, asi ganaras confiansa y tal vez tener en el volsillo a la madre. Suerte a todos nos vemos pronto.

    ResponderEliminar

Aunque sea una carita feliz... )=D