¿Cuántas mujeres hay en ti? Me pregunto mientras te escribo sosteniendo en la mano derecha un cigarrillo rubio, llenando de cenizas el teclado obsoleto del ordenador, mi izquierda le da play al reproductor que toca por cuarta vez esa canción que me recuerda tanto a ti, a mí, a nosotros.
Estoy enamorado de todas las que puedes llegar a ser, de las que nunca serás, de las que nunca intentaste y de la que eres. Naturalmente, me cruzo con todas ellas, debido a tu múltiple desorden de personalidad es que están enredadas entre sí, como los pasadores de tus zapatillas Converse. Además, de conocer todos tus temores, miedos, anhelos, aciertos, desaciertos, misterios, confesiones, lágrimas, risas, odios y de tu amor, de ese amor que es extraño y a veces no lo entiendo, o viceversa. De esa chica medio hippie-revolucionaria, de la promiscua y dulce, de la chica calculadora y misteriosa. En suma, amo a todas, porque todas tienen algo de ti.
La Misteriosa: Que está más allá de la lógica, lo común, de lo convexo. A esa la conocí hace más de un año, y sin saberlo también se enamoraría de mí con el devenir del tiempo. En aquel entonces no sabía nada de ella, ni siquiera su entrañable nombre, solo recordaba el brillo de sus ojos al mirar, al llorar, al reír; la misma que me presento mi mejor amigo, una tarde de julio, mientras salía a fumar un cigarrillo, noche en la que recorrería mis pasos como un muerto, sin saber si la volvería a ver. Hasta un mes después, en una fiesta a la que fui involuntariamente, no sabía que ella estaría ahí, todavía ella se acordaba de mí. Yo no recordaba su nombre, sin embargo, me era muy peculiar, nunca sabré a ciencia cierta quien encontró a quien, pero sí que fue en el momento exacto. Ella cursaba los primeros ciclos de la Universidad, entusiasmada con sus clases de Jurisprudencia romana, latín y Derechos reales I; le fascinada la vida bohemia del Centro, la belleza del muelle de La Punta y de los bares de Barranco, perdimos horas caminando sin sentido por los parques de pueblerinos. Quien escuchaba mis monólogos y unipersonales sin reclamos ni enojos, empezó a salir conmigo sin querer. Los jueves, se volvieron nuestros días, sin embargo, jamás sabré si ella sabia de mis claras intenciones de ser algo más que su amigo, por aquel entonces ligera como siempre, besó otro chico, con lo cual creí que sería el fin y no volvería a verla, pero ella me dijo, “mientras haya, cigarrillos y café siempre habrá tiempo para nosotros”- la frase me dio esperanza y me disgustó, pues, a mi no me gustaría tener una novia que salga con otros muchachos que la aborden. No obstante, no importaba verla mucho, para saber que algo había surgido entre nosotros, quizás sin saberlo.
La revolucionaria: Fue una de las que me dejó impresionado y la que recuerdo con mayor nostalgia, con sus locas ideas políticas tan radicales, que doctrinaba su vida, luchaba contra el capitalismo yankee, aunque en el futuro amaría ese lejano país, ella hablaba de revolución del pueblo para el pueblo, andaba sucia, despeinada, usaba jeans de colores despintados, sandalias negras todo el año, y creía que no bañarse era una forma de protesta contra el Gobierno, quería rescatarme de la vida frívola que según ella ostentaba, lucía bolsos indígenas y luchaba contra cualquier tipo de discriminación. Había leído completos los siete ensayos de interpretación de la realidad peruana de Mariátegui. Creía por aquel entonces que todos éramos iguales y que el Perú profundo era el verdadero Perú; sin embargo, ¿Qué sabes de eso? Si disfrutabas de duchas con agua caliente, pierdes muchas horas viendo cable (y no el básico, el completo) muchas veces discutimos, peleamos, nos odiamos, por tratar de hacerte entender que el comunismo terminó a fines de los 80´s, con la caída del muro de Berlín, y la desintegración de algunos estados independientes de Rusia. Fue la misma que me contó gran parte de su pasado, que me decepcionó un poco. No obstante, fue esta a la que bese por primera vez.
La superior: Las veces que no te pude ver creí que era porque te faltaban ganas, que no me soportabas, que mis malas palabras te alejaban, que te habías dado cuenta de lo mal que te hacía, de lo nocivo que era mi presencia, en general, para la humanidad. Y sin embargo, cuando acabaste el ciclo, me sorprendió saber que tenías calificaciones resplandecientes. Habías hundido a todos esos abogados con el ego inflado de los que me contabas, que se aplauden entre ellos, pero ahora tendrían que aplaudir su segundo lugar porque tú eras la primera, el décimo superior te quedaba chico y hasta el profesor que más amabas,el tal Priori, te había felicitado luego de tu alocución en ese evento de nombre pelotero: "Abogados al banquillo". ¿En qué momento habías estudiado si casi siempre estuviste conmigo? Seguramente le robaste horas a la noche, te tapabas con tu frazada y prendías una linterna para leer línea por línea tu tan querido Código Penal sin que tu madre se diera cuenta pues apagaba las luces de tu casa a las doce de la noche. No te lo he dicho claramente pero me enorgullece que seas la número Uno de tu clase. Y me avergüenza haberte reclamado que pases más tiempo conmigo, pedirte más salidas los fines de semana, pero ahora prometo defender tus buenas calificaciones no encerrándome contigo a devorarnos los 17 artículos de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, sino de la única manera que puedo: viéndonos menos y sólo cuando tú lo desees.
La ligera: Fue la que rompió mi corazón dos veces, y que hice llorar unas tres. Lo único que le importaba era comprar cervezas, fumar luckys, y ser invitada por los chicos a donde la llevasen. Andabas ebria la mayor parte del tiempo, me decías verdades a medias o poco creíbles. A la que insulte sin piedad, usando todos los adjetivos posibles para denigrar a una mujer, cuando creí que tuvo unos tres pequeños deslices en un concierto, un bar y un hotel, aunque no vale la pena hablar de aquellos daños causados. Nos recuperamos y comenzó todo otra vez. No le importaba lo que piensen de ella, no te apetecía nada, hablaba de vez en cuando de morir, odiaba a sus padres y a la vida, disfrutabas de malas compañías y terminabas acompañada de algún estupefaciente que te hacía vivir a mil. Sin embargo, la seguí, persistí, la alcancé y me dejó entrar en ella, como pidiendo ayuda, siempre creí que yo era quien te rescataba pero fue ella quien me rescató a mí y me dio otra visión del mundo que antes no conocía: ser tolerante y tener confianza sin tener confianza, aunque de vez en cuando la idea de ser un victimario más en su lista me asustaba.
La trotamundos: Fue la que viajaba constantemente, llevándose un poco de mí a donde iba, esté de donde esté, tratando escribirme siempre que podía, llamando de vez en cuando, para escuchar mi voz y saber si estoy bien, fue la que más falta me hizo, la que antes de partir me entregaba todo su amor, y yo le regala todo mi cariño, la que no le gustaba las despedidas, y la que más veces se fue. Ella es y será una de las que amé yo, pues fue entonces cuando entendí que estaba perdidamente enamorado, los días, las semanas, los meses que no estuvo a mi lado, la extrañe como nunca, y llore un par de veces para que regresara pronto, nunca un calendario fue tan despreciable, y que con el tiempo sé que volverá a partir, siempre al regresar me llenaba de besos, abrazos, recuerdos, anécdotas y de vez en cuando se acurrucaba en mí.
La hermana mayor: Quizás muy pocos conozcan esta faceta en ti, que tu hermana ha cambiado tu vida, la de tus padres y la mía, de cierta manera. Yo que he podido ver de cerca esta relación tan tierna, amistosa y conmovedora con la pequeña e ingenua que es tu hermana, quizás es por eso que la sobreproteges tanto. Y no quieres que cometa o experimente tan rápido lo que tú hiciste a su edad. Ella es tu mejor amiga y ella te ve exactamente igual, eres una especie de súper heroína “la mujer maravilla” o así te ve ella. No obstante, ella no te conoce del todo, te molesta la idea que tenga novio, lo entiendo, pero se predica con el ejemplo, antes de hacer algo piensa en ella y quizás serás la hermana mayor que ella y yo esperamos que seas.
La Freak: Es la que odia las etiquetas pero etiqueta a los que no son como tú y tus amigos, detestas el latín, las comedias cursis, las películas de terror y casi cualquier género, las balabas te enferman, gustas por libros de autores desconocidos y la literatura bizarra, admiras a los homosexuales, por definir abierta su opción sexual y quizás porque una vez dudaste y experimentaste en ti misma. Odias las fiestas y prefieres las reuniones. Por eso, te molesta las chicas que pierden tanto tiempo en maquillaje, vestido, peinado. Sabes que para verte linda, simplemente necesitas un buen duchazo, un par de polvos, sombras por aquí y por allá, para ver la belleza natural que posees.
Aún guardas con poco de ellas, las risas, los abrazos, los besos, las peleas y reconciliaciones, siempre traté aprender algo de todas, no sé si hubo un compañero para cada una de ellas, pero sí que las quise a todas.
¿A qué otra mujer conoceré ahora?
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Fotografía por LKGPhoto
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Esta historia en una canción
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PLUMAS INVITADAS: Queremos recordarles que hasta el 16 de diciembre tienen tiempo para enviarnos sus textos que serán publicados en nuestra sección veraniega llamada "Plumas Invitadas": a quienes se comprometieron a hacerlo y a quienes quieran participar. Necesitamos sus textos con anticipación para armar un buen y bonito calendario. Saludos.
ESO ES AMOR.
ResponderEliminarMe encanto, lamento no poder decir nada más se me fueron las ideas jejeje
ResponderEliminaresta genial
ResponderEliminarBroo que te puedo comentar o decir, si no tengo palabras, me gusto un huevo, esa flaca que loca, y que paja todas las que es.
ResponderEliminarWauuuuuuuu que lindo, es lo más romantico que he leido en mi vida.
ResponderEliminarRespuestas tardonas:
ResponderEliminarAnónimo 1: Es amor, nostalgia, tristeza, un poco de todo, muchos cigarrillos, y una buena historia.
Nani: Gracias por leerme, sobre todo por tomarte la molestia de comentar, tu comentario es mi alimento y fuerza para seguir escribiendo.
Marius: Espero que no sea, la última vez, que te des una vuelta por este blog.
Ruben:Te aseguro, que lo es, pero aún asi creo que yo estoy más loco de amor.
Anónimo 2 : Gracias, por el alago, sin embargo, espero escribir mejor.
Nicol: Estamos replanteando tu idea, nos seduce, nos agrada, pero no sabemos se estamos a las espectativas de tu blog.