“Dominas otro idioma cuando
aprendes a enamorar con él”
(Anónimo,
encontrado en un baño público)
Imagen por Lissy Elle Laricchia |
Aprendí los días de la semana en alemán.
Ella, de ojos verdinosos, es celeste bella y otoñal, porque la belleza camufla
millones de colores; paseamos en el malecón; compramos Inca Kola y chocolate; quiere
llevarme a la selva; quiere probar Ayahuaska; dejó a sus padres a los 20, ahora tiene
25, dos más que yo, vive a dos horas de Berlín; sabe que es mejor viajar que
estudiar o trabajar; por eso duerme plácidamente y sola en un hotel samborjino; más
tarde viajará; no tiene celular, no toma taxi sola, con ella hay que citarse en
un punto, a la antigua, pero a través de Facebook; no conocía el malecón
sanisidrino ni la Pera del Amor, mucho menos los conos de Lima; le expliqué que
el limeño es triste; le hablé de Vallejo y Vargas Llosa, me contó que ha
llorado con las cartas del joven Werther; le dije que el chileno ahorra mucho y
el argentino sabe todo y si no sabe también opina; le dije que no vuelva a
Perú, que conozca Brasil o Colombia; que olvide a su amante peruano; que no me
olvide a mí, pero que no necesariamente me haga su amante para no olvidarme; está
confundida; le gusta ir a Help y a El Mirador, antes un Pisco Sour Catedral en
el Hotel Bolívar; le gustan los Beatles y dice que los sudacas pronunciamos gracioso los nombres de bandas inglesas; ha olvidado el
francés que aprendió en su colegio; que son los franceses los que odian a su
país, y no al revés; que sus abuelos no hablan de la Segunda Guerra; que mirándola a los ojos
yo le declaro la Tercera Guerra a mi pasado; me gusta cuando pierde la voz y
mira para abajo y otra vez nace el otoño; me gustan sus mejillas del color del
abedul y carnosas como las mías; me gusta cuando ya no quiere besarme e igual
lo vuelve a hacer; que el país de donde ella viene también viene mi nombre; me
gusta que sepa la verdadera pronunciación de mi nombre de viejo ario; me gusta
enseñarle a decir en correcto castellano el nombre de su ex; que muerda la G y
la R al pronunciarlas; me habla de Rammstein, una banda dura de su país; recito
un poema, sonríe y me aplaude; tal vez no
ha entendido nada; disfrazas las verdades en mentiras; no quieres que te
miren, Claudia, ¡y miras!; no quiere que la acompañe a su hospedaje, piensa que
entraré con ella; yo pienso que ella quiere lo mismo; trabajó un tiempo en
España, se le ha pegado el “vale”, “vosotros”, “joder” pero no ha apartado de
ella ese cáliz; quiere seguir viajando; si
no podemos ir a la selva, vamos más cerca, me dijo, haz lo que me dijiste ¡y vive el momento, disfruta la vida, manda todo
a la miegda!; que discúlpame pero hay
responsabilidades que me atan a Lima, arrugué; odio y quiero a esta ciudad
por partes iguales; que los limeños son mentirosos;
que no te prometo nada porque no te
quiero mentir, le dije; que valoro
que no me mientas, respondió; quiere volver en seis meses pero uno nunca sabe; es ahora o ahora; que yo
quiero ser su amigo, estemos donde estemos, que confíe en mí, que la defenderé
de cualquier pendejo que se quiera pasar de vivo; que quiero presentarla a mis
amigos, que hay que ir todos a bailar; mucha rumba y mucha fiesta; que la
acompañe a caminar por la Javier Prado; que vamos al Festival de rock; será tu
última noche en Lima la veleidosa; ¿vamos al pogo o está bien acá?; que nos encontramos en la Plaza San Martín;
que necesito verte; que se me perdió la cartera con mi pasaporte y
mi plata; que los soles ya no te van
a servir, cámbialos en euros de una vez; que yo te acompaño al aeropuerto; que no te vayas, que no me digas
adiós; ¿te vas enamorar de alguien?,
no supe ni quise responder; se acabaron el dinero y las vacaciones; Claudia volvió
a Europa el último domingo; mis
madrugadas de verano serán tus mañanas de invierno. Antes que te vayas, aquí
te entrego mi lenguaje más mi beso prometido.
Ahora enséñame a contar del uno al cinco.
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Esta historia en una canción
[ ACTUALIZACIÓN: Una amiga, y muy ocasional lectora del blog, recomienda la canción Tu verano mi invierno de "Kanaku y el Tigre". "Fácil la has escuchado, pero no sé por qué me gusta mucho esa idea de estar en verano mientras alguien está en el frío o viceversa", me escribió. Comparto su idea y la canción.]
Es hermoso cuando vuelvo a ver en los últimos post el estilo que me atrapó enigmáticamente hace años.
ResponderEliminarHola Patricia, no somos los de antes aunque sí los de siempre ;) No nos abandones!
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