Imagen por phatpuppycreations |
Escribe Waviis
Era medianoche, estaba sentada en el filo de mi cama, entre la penumbra y la luz que entraba por debajo de la puerta, encendi un cigarrillo, me gusta escuchar como se quema el papel, me gusta ver al humo juguetear en el ambiente. La verdad es que he aprendido a disfrutar de estos momentos en los que estoy completamente a solas. Me recosté mirando el techo mientras esperaba su llamada, sí, esperaba su llamada, me sentía tonta, los nervios me invadían, miraba la pantalla de mi móvil compulsivamente, sentía celos, los minutos no pasaban. Tenía miedo de que no sonara el teléfono, tenia miedo de que sonara, pero aun así seguia esperando, pude haberlo apagado y haberme liberado de aquella tortura, pero queria escuchar su voz, o al menos su silencio a través del teléfono. Me quedé inmovil esperando mientras pensaba en qué queria escuchar, en qué quería decir.
Era medianoche, estaba sentada en el filo de mi cama, entre la penumbra y la luz que entraba por debajo de la puerta, encendi un cigarrillo, me gusta escuchar como se quema el papel, me gusta ver al humo juguetear en el ambiente. La verdad es que he aprendido a disfrutar de estos momentos en los que estoy completamente a solas. Me recosté mirando el techo mientras esperaba su llamada, sí, esperaba su llamada, me sentía tonta, los nervios me invadían, miraba la pantalla de mi móvil compulsivamente, sentía celos, los minutos no pasaban. Tenía miedo de que no sonara el teléfono, tenia miedo de que sonara, pero aun así seguia esperando, pude haberlo apagado y haberme liberado de aquella tortura, pero queria escuchar su voz, o al menos su silencio a través del teléfono. Me quedé inmovil esperando mientras pensaba en qué queria escuchar, en qué quería decir.
Pasó un buen rato, el móvil sonó. Contesté “¿aló?”.
No hubo respuesta, pero yo sabía que era él. Despues de un rato al fin habló:
–Hola, ¿cómo estás? –dijo en voz baja–.
–Bien, ¿cómo estás tú? –contesté mientras me
sentí ridícula, tonta, insegura–.
–Bien, ¿qué harás mañana?
God! ¿Tenía
que preguntarme eso? –pensé–.
Nada –conteste sin darle importancia–.
–Ahm… ¿te parece si desayunamos y te dejo en
la universidad?
–¿Vas a venir a recogerme?
–Sí,
voy a ir por ti, te recojo a las 9, ¿te parece?
–Tengo clase a las diez –insiste, pensé–.
–Tengo clase a las diez –insiste, pensé–.
–Bueno, pero eso se puede solucionar…
–Está bien, te espero lista.
–Ok, hasta mañana.
–Chau –dije de forma cortante–.
–Chau, un beso.
Corté la llamada, me quedé viendo la
pantalla hasta que se apagó, la oscuridad se adueñó de mi cuarto de nuevo, el
cigarrillo se apago dentro del cenicero qe tenía forma de corazón y el humo se
quedó suspendido sobre mi por un momento hasta que poco a poco desapareció. Esa
noche no dormí bien, no podía dejar de pensar… “no quiero tenerlo cerca”, “te extraño”, “quiero abrazarte”, “te quiero”...
su voz y mis pensamientos se mezclaban en mi mente obligándome a recrear
esecenas pasadas, obligándome a pensar en posibilidades, “lo odio”, eso pensé.
Llegó la mañana, gracias a dios fría y
neblinosa, gracias a dios perfecta, gracias a dios sin una pisca de sol, con
poca luz, con algo de llovizna y con su cielo gris. Me levanté de la cama,
busque mi movil, encendí un cigarrillo, había un mensaje, felizmente no es de él, pensé. El mensaje es del chico que conocí
hace algunas semanas en el bar, siempre me escribe, me desea un buen dia, me
alegra las mañanas, me alegra los dias, me hace sentir especial, me hace sentir
cursi, me hace sentir algo raro en la barriga, se me pasó como una hora
pensando en el chico del bar, del malecon, de los mensajes, de los paseos, de
las amanecidas. Me levanté apuradísima de la cama, me metí a la ducha, me
arreglé el pelo, me puse un jean azul y un polo floreado con escote, unas
balerinas y una cinta en el cabello, le envié un texto para avisarle que estaba
lista, odio esperar, odio esperarlo a él, odio todo lo que viene de él y sin
embargo acepté desayunar con él, a veces no me entiendo.
Él llegó, a la hora exacta, me conoce. Sabe
que odio que se demore, por eso me encanta, porque sabe quien soy, porque finge
que no me conoce, porque me engaña, porque se engaña, porque me quiere. Salí de
mi casa, oliendo a ‘princesita’, caminé en silencio a su lado, quería que me
dijera algo, que me reclame por haber desaparecido, que me detenga y me bese, o
que me mire fijamente, pero él no hizo nada.
Llegamos a la cafetería, pedí un expresso doble, el pidió capuccino, cuando estaba a punto de abrir la boca sonó su movil se levantó de la mesa, me hizo una seña con la mano y se alejó para contestar. Regresó. No dije nada. Hubo otro silencio que él interrumpió.
Llegamos a la cafetería, pedí un expresso doble, el pidió capuccino, cuando estaba a punto de abrir la boca sonó su movil se levantó de la mesa, me hizo una seña con la mano y se alejó para contestar. Regresó. No dije nada. Hubo otro silencio que él interrumpió.
– ¿Qué tal te han tratado estos días lejos?
–Bien, no me quejo, todo ha estado bastante
bien.
–Ah, y entonces, ¿sigues enojada conmigo?
– ¿Tengo que estar enojada? –o sea, hello! Te acostaste con la ex novia
de tu mejor amigo al día sigiente de pedirme que sea tu novia. No, para nada,
no estoy molesta, pensé.
–No, sólo pregunté, porque tú
desaparesciste, no contestabas tu teléfono, y no sé, creí que había hecho algo
que te enojó.
–No, todo bien, necesitaba alejarme de todos
un ratico.
Se levantó de la silla, se acercó a mi cara
y dijo “quiero mi respuesta”, yo no dije nada. En ese momento, sonó mi móvil,
era el chico del bar y sentí mariposas en la barriga, corriente en el cuerpo,
las manos me temblaron, me levanté de la mesa, caminé lejos. Contesté.
–Quiero verte –dijo él–.
–Perfecto, esta noche en la barra del bar.
Nos vemos. –conteste sin siquiera pensarlo–.
–Mostro, nos vemos.
Regresé a la mesa, terminé mi desayuno, él
me dejó en la universidad, se fue sin decir nada. Esa noche salí con el chico
del bar, creo que me gusta, creo que me fascina, creo que quiero amanecer a su
lado, creo que me estoy enamorando.
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Esta historia en una canción
Es increible como una personas puede amar a dos personas. Una vez le pregunté a un escritor, si alguien podía amar a dos personas.Él me respondió: El corazón está dividido en cuatro partes, guarde silencio, mientras analizaba su respuesta.
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